Usar cerillos por Gabriela Cano

Usar cerillos

encender el boiler

como el cigarrillo que robé a mi padre cuando tenía 17.

Usar cerillos

recordar el cuento de Andersen en el que una niña muere en invierno

como las ganas de ser bueno y las de no fumar

que se quedaron en el parque en el que ya no se juega

Ni tú

Ni tú cabeza

Ni la bicicleta que ahora tiene las llantas llenas de agujeros.

Usar cerillos

para hacer fideos ya empaquetados

como el ansiolítico del Abuelo que enfermó de enfisema

por esperar a que sonara el timbre

y que viniera nadie.

Meterse a bañar

aspirar la pipa de paz con nuestras historias de muerte.

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