EL ASTRONAUTA TIENE EL CASCO ROTO Por José Luis Zorrilla

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Se filtra por esa rasgadura la vida que apenas en el vacío cobraba un poco de sentido.

 

 

Tal vez su cabeza explote

 

antes de que se rompa por completo

 

y salga de a poco una estela roja

 

plasmada en la negrura de su muerte.

 

 

Algunos la verán como una larga línea de meta a través del cielo estrellado.

 

Otros como un río que les caerá encima, clavándolos a la tierra.

 

 

Puede que el casco se fracture de a pedazos,

 

brotando los restos de sus sesos

 

como si fueran un ramo de flores

 

y un estúpido poeta volteé y lo vea como un regalo de Venus

 

 

Supongo que no todos nos alcanza el seguro de emergencia en medio del escape.

 

 

Se fue a la soledad tal como se vive en multitud

 

con pequeñas fisuras que nos despedazan

 

sin saber de dónde viene el golpe.

 

 

Se aventuró a la nada como un ciudadano promedio

 

que quiere tocar las estrellas

 

y cumplir los sueños de un niño.

 

 

Mono lanzado al vacío,

 

escapando entre revolvers de piratas que usurpan hasta el miedo

 

y sirenas que siempre escuchas aunque no te mueras

 

todo para terminar con las entrañas flotando por la anchura del infinito

 

con pocos segundos de libertad.

 

 

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