El Azote de Atenea por Valentín E. Sánchez S.

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Sin meditar acabo con mi presente de frontera,

quisiera volver sobre mí, y ser un héroe exaltado

como fragilidad nueva en el día que justo nace,

desencadenado y libre por fin como pluma al viento.

 

Partes de un salto con algún giro prolongado al Sol

-luz e instrumento de paz-,

recuerdo las derrotas que nos llevaron a aprender:

no sobrevive quien provecho obtenga de tu arco y dardo.

 

Atenea dispuesta y entendida en amores, belleza,

majestad que mide inequidades con azote firme,

por el camino de nuestra esperanza hallamos tu cuerpo,

coronado con sabias y laurel fresco.

 

¡Oh, Virgen, de hombres guerreros protectora!

Del Partenón espía bajo un disfraz,

amargo vino se vierte en tu áurea copa,

cúbrenos con la sangre de tus rivales,

 

a tus hombres fieles sírvela y acompáñanos

en nuestro humilde festín.

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