Bitter Moon: Un bizarro retrato del amor, con dependencia y degradación incluidas. Por: César Ruiz, de Flámina Films.

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Toca darle un pequeño repaso a un clásico del polémico director Roman Polansk. Hablamos de Bitter Moon (Luna Amarga, en nuestro país), del año 1992, que a su vez está basada en la novela de Pascual Bruckner de 1981: “Lunas de Hiel”. La película es una producción inglesa-francesa. Como ya muchos saben, Polanski no puede filmar en Estados Unidos debido a las órdenes de detención en su contra. La película fue filmada principalmente en París.

Esta fue la película número catorce de la dilatada y contrastada trayectoria del cineasta polaco. Los que me conocen bien saben que Polanski es (junto a Hayao Miyazaki) mi director favorito: es increíble lo multifacético que puede resultar. Al tener en su haber películas de casi todos los géneros y todas realizadas con grandes resultados, como El Bebé de Rosemary en el género del terror, Chinatown en el cine neo-noire, El Pianista en el drama y el género histórico, o Repulsión y el Cuchillo en el Agua en el Thriller; todas ellas, en mi opinión, gozan de una calidad excelente, cosa que resulta complicada porque son muchos géneros y es difícil destacar en todos.

Si bien cada una de estas películas y géneros tienen su propio enfoque y estilo, sí existen características muy marcadas en el cine de Polanski:  la profunda exploración psicológica que se hace de los personajes (desde su pasado, futuro y presente, sus fortalezas e inseguridades), un ambiente muchas veces deprimente u opresivo, lugares cerrados con tintes claustrofóbicos (que ayudan a resaltar aún más el conflicto emocional que pueden estar viviendo los personajes). Sonará extraño, pero cuando me siento deprimido puedo ver una película de Polanski y tiende a aliviarme porque me doy cuenta ¡que muchas veces lo que le sucede a los personajes es peor que lo que puedo estar pasando yo!

Sin duda, creo que en su estilo se ven reflejados algunos rasgos de su personalidad, la cual se ha visto moldeada por las experiencias que ha vivido y que lo han dejado muy marcad. Recordemos que perdió a su madre en la Segunda Guerra Mundial, y que su segunda esposa (Sharon Tate) fue brutalmente asesinada. Él, con todo y polémica (que no le falta a su vida), ha sido un sobreviviente y eso se puede palpar en sus cintas. Bueno… hablando de este gran director, ya dimos un esbozo general más o menos amplio (reitero y aclaro mis elogios hacía él como cineasta, como artista: que en ningún momento eso se confunda con lo que pienso de otros actos que la persona ha llevado a cabo fuera del cine). Ahora sí pasemos a dar un repaso a la película que nos convoca: Luna Amarga.

Comencemos. Luna Amarga nos cuenta la historia de un joven matrimonio británico, Fiona (Kristin Scott Thomas) y Nigel (Hugh Grant), que se encuentran en un viaje en crucero hacia Estambul, en lo que ellos consideran una oportunidad que les servirá para reavivar la llama de su matrimonio, después de 7 años que llevan ya juntos. En ese viaje encuentran a una joven francesa (Emmanuelle Seigner), que necesita ayuda, la pareja, amablemente le otorga la ayuda. La chica más adelante se nos presenta como “Mimi”, quien es pareja de un hombre americano llamado Oscar (Peter Coyote), el cual se encuentra discapacitado.

Es aquí cuando ya contamos con todos los elementos necesarios que van a ser los detonadores de la trama y, sobretodo, de la destrucción y degradación a máximo nivel que puede vivir una pareja, ya que dentro de Nigel comienza a surgir un potente deseo por “Mimi”, hecho que no pasa desapercibido para Oscar, quien le cuenta (extrañamente, porque uno no esperaría que alguien se expresara así de su pareja en una relación sana), que “Mimi” es una “devora hombres”, que de algún modo tuvo que ver para que él se encontrará en el estado de incapacidad que tiene, pero que si la quiere: puede “tomarla”, y que incluso él le ayudará a conseguirla… pero tiene que escuchar la historia de lo sucedido entre ellos dos.

Así es que comienza a contar todo desde el momento en que él y “Mimi” se enamoraron, lo hace de una manera tan natural, a pesar de las cosas tan grotescas… ¡pero a fin de cuenta, humanas!, que lo que cuenta representa un impacto brutal en la mente del espectador y también en la de nuestro personaje Nigel, el cual al inicio de la narración, se muestra asqueado. Sin embargo, conforme pasa el tiempo el deseo que siente hace que vuelva por más y más historias para así poder “poseer” a “Mimi” y al final conoceremos “de cabo a rabo”, la historia que se suscitó entre Oscar y “Mimi”.

Hasta aquí dejaré la trama, para no hacer mayor spoiler a quienes vayan a ver este filme. No obstante, lo que puedo decir es que está magistralmente ejecutado. Como ya lo habíamos mencionado, siguen presentes las características del estilo cinematográfico de Polanski. Tanto los pasillos del barco, como el departamento de Óscar (que son los principales lugares donde se desarrolla la trama), te transmiten una sensación muy profunda de ansiedad; y el análisis de los personajes es increíble al retratar de manera perversa la dependencia afectiva de “Mimi”,  el cierto grado de sadismo e inmoralidad que maneja Oscar, las dudas tan fuertes que está albergando en su interior Nigel y el desconcierto que pasa a enfado en Fiona.

Creo que es una película que muestra todo lo negativo que puede haber en una relación de pareja: el maltrato físico y verbal, el engaño, la dependencia… Es una película que en determinado momento me hizo ver cuánto tiempo llevaba del filme, y no porque me resultará tedioso, ¡para nada!, de hecho la película es muy interesante de principio a fin; sino porque en verdad es mucho castigo mental el ver cómo se van destruyendo los personajes: ¡es una degradación total en cuerpo y espíritu que no para de principio a fin!

Las actuaciones son sumamente brutales, resultan creíbles en todo momento, y es sobresaliente el trabajo de Emmanuelle Seigner y Peter Coyote: llegan a realizar escenas sumamente intensas, comprometedoras de verdad. No cualquiera las podría hacer, y la entrega a sus papeles de estos dos actores es más que notable. También Hugh Grant y Kristin Scott Thomas, a pesar de no tener papeles tan difíciles, cumplen de gran manera con lo que sus personajes les requieren.

Sin duda, Luna Amarga es una de mis cintas preferidas de Roman Polanski. Es un thriller romántico-erótico de gran envergadura, el cual recomiendo ampliamente; pero también hago la advertencia de que es una película que puede resultar difícil para algunas personas, porque la obra es verdaderamente explícita con lo que quiere transmitir, no se anda con rodeos.

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