De la otredad y la nueva pandemia por A. G. Cabrera

Emil Cioran escribió en su libro "Del inconveniente de haber nacido" que sólo los enfermos tienen derecho a hablar de espíritu.

 

Quienes lo hemos estado, amamos a alguien que lo está o que lo estuvo, comprendemos los matices y sentidos de tal sentencia.

 

Hoy murió la primer persona víctima del coronavirus en México; esta nueva plaga que nos ha enfrentado y nos pondrá frente a lo mejor y peor de lo que actualmente somos como personas y sociedad.

 

Hoy murió uno, en un panorama incierto de los porqués para todas y todos.

 

La memoria de la humanidad viviente, asumió hasta hace poco, que las llamadas "pandemias", siempre habían tenido sus particularidades, vulnerabilidades, grupos específicos, metáforas culposas, potenciales víctimas y sesgos de riesgo que la mantenían al margen o a salvo; eran los otros y no nosotros o… ellos, los que se encontraban a su merced.

 

Soy parte, crecí, me construí, aprendí a amar, a sobrevivir, a aceptar, a acompañar y hasta a bajar la guardia enmedio del VIH/SIDA. He padecido, enfrentado y superado sus causas, efectos, luchas, tratamientos, culpas, estigmas y esperanzas; como hombre gay, soy parte de lo que son y fueron todos sus enfoques.

 

No tuve la necesidad de comprender la otredad porque siempre la he sido o la he tenido cerca.

 

Quizá, no estoy seguro, que quienes se han enfrentado al cáncer, las discapacidades, las enfermedades mentales, afectivas y psicosociales o, incluso a la pobreza, que cala más cuando no se completa para un tratamiento, también entienden de lo que hablo.

 

El Coronavirus llegó para que tod@s sean el/la otr@; porque esta enfermedad trascendió y se evidenció enmedio del privilegio, de la normalidad, de la persona de ingresos, moral, fe, estilo de vida, comodidades y costumbres ordinarias.

 

La principal afectada, ha sido aquella persona que no "merecía" haberse enfermado o morir, porque a mí y los otros, muchas veces nos han dicho que lo merecemos o nos lo buscamos.

 

Los efectos y causas del CoVid se siguen manteniendo en el plano de lo físico y lo clínico. Quienes hemos vivido las consecuencias de otras pandemias desde el plano del espíritu y  entendemos de lo que habló Emile Cioran.

 

Hoy reflexionamos y opinamos de la nueva pandemia desde la saludridad pública; tal vez mañana lo hablemos desde quien ha acaparado, lucrado, temido, solidarizado, excluido, procurado, discriminado, luchado o atendido el coronavirus, las potenciales víctimas o sus víctimas.

 

Quizá como sociedad pronto abordemos la nueva pandemia desde el espíritu al que se refirió Cioran, espero y deseo que para bien; no para la forma en que otros hemos padecido los efectos de sus variantes, más allá del plano físico, sino desde el enfoque de enfermedad social, que a veces aniquila más.

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