Últimamente me he preguntado si soy exitosa, aunque no sé con certeza que es el éxito. Así que para responder esa pregunta primero debo saber; ¿qué es el éxito? Según algunos es dinero, según otros es felicidad y según la RAE es: un resultado feliz de un negocio, actuación, etc., o la buena aceptación que tiene alguien o algo. No sé ustedes, pero eso sigue sin dejarme en claro las cosas. Lo que sí es evidente es que la percepción del éxito es relativa, porque las aspiraciones de cada individuo son diferentes, por tanto, cada quien será exitoso a su manera. Pero abordemos la temática desde un área común; el trabajo.
Desde el punto de vista laboral, ¿somos exitosos? ¿cuáles son los aspectos que contribuyen al éxito? En mi perspectiva el éxito en esta área tiene que ver con tus capacidades y la forma en que se retribuye tu esfuerzo, un balance entre lo que das y lo que recibes. Si tu trabajo tiene horas laborales justas, prestaciones de ley y salario justo (que te de lo necesario para satisfacer tus necesidades), entonces desde mi punto de vista es exitoso, sobre todo si te hace feliz y lo realizas con gusto. Pero siendo un poco más realistas, sabemos que esto es difícil de encontrar y con frecuencia nos enfrentamos a horarios excesivos y salarios bajos que soportamos meramente por temor a quedarnos sin nada, aunque nos dejan una sensación de insatisfacción y tristeza. Parte de lo que somos es por trabajo, pero no somos nuestro trabajo. Ahora tomemos en cuenta otro aspecto; tenemos una vida fuera del trabajo.
Tenemos un hogar, tenemos deberes, cuentas que pagar, comida que preparar, un foco que arreglar y seres que amar. ¿Eres exitoso ahí donde no hay checador ni un manual? Ahí, en tu hogar, con tus hijos, tus hermanos, tus padres, tus amigos, tu pareja y sobre todo, contigo mismo. El éxito no solo habita en lo profesional, habita donde tú, en la oficina y la cocina, en el jardín o en el café, está en las acciones por más pequeñas que parezcan y todo tu estas conformado por ellas. Nos enfrascamos tanto en aquello que da dinero, que nos olvidamos de aquello que nos enriquece el alma, que nos da paz y nos hace notar la temporalidad de la vida. No olvides hacer cosas que te hagan sentir satisfecho en estas áreas.
Pero aún hay más, esta esa otra cosa que es propia y de un amor inexplicable independiente de los deberes y el trabajo; tenemos pasiones. ¿Qué te apasiona? ¿Cuál es tu huida del mundo y de los días? En mi caso es escribir poesía y salir a correr, para mi hermano quizá es jugar ajedrez, para mi madre pueden ser las plantas y su colección de tazas y teteras, para un amigo la música, para alguien más bailar. ¿Para ti? ¿Cuál es ese sitio que solo es tuyo? El éxito está constituido de todo aquello que nos hace ser nosotros, que nos caracteriza, que nos llena. ¿Entonces de que va?
Yo creo que está forjado en un balance, un equilibrio entre el trabajo, el hogar y las pasiones (pasatiempos) que colinden en un resultado de satisfacción y felicidad. Supongámoslo como una receta para el éxito, el resultado final necesita de cada ingrediente (trabajo, hogar, pasatiempos), bien seleccionado (gusto sobre obligación) y bien preparado (en balance) para que concluya en un manjar (eso que es vida). Pero cada quien crea su propia receta. Así que si estas persiguiendo tu ideal de éxito, recuerda que es a base de prueba y error, que si algo funciona para otros no significa que deba funcionar para ti, anda tu camino y a base de metas, metas, siempre metas, no importa el plazo o lo que sea. Ten presente que el éxito no es solo llegar a un punto, es un sinfín de pequeñas y grandes acciones, que nos dan pequeños-grandes éxitos: levantarse temprano, organizar tu escritorio, leer un libro, terminar una mala relación, renunciar a tu trabajo… no sé, eso lo decides tú, tu éxito; tu receta, tu equilibrio, pero siempre anda y muévete de un punto a otro, se la persona que más admires, reinvéntate una y otra vez, alcanza el éxito, una y otra y otra vez.
Imagen por: Rosanna Pansino