Deséame suerte por Gabo Díaz

Si pudiera pedir un deseo, sería el de resignación. No me atrevería a pedir olvido porque sería egoísmo, y causaría estragos en ese futuro que hoy es mi presente; es que me cuesta tanto desapegarme de los asuntos personales, que acabo con la cara cubierta de chantillí de un pastel, con la nariz tapada, sin poder ver y con un mal sabor de boca.Es una simulación absurda, lo sé, pero hay ocasiones en las que te fuerzas a bromear con tus desgracias para evitar que te hundas en ellas.

Y bueno, no es que esté pensando constantemente en ello, pero me imagino que sabes qué se siente querer algo con todas tus ganas, y al final decir que no o limitarte a permitirte sentir un poco nada más, porque sabes que no tienes las agallas para tomar esa decisión, o que cuando la tomes, un sentimiento de arrepentimiento invadirá tu cuerpo. Estoy mejor así, me repito mil veces. Dicen que el universo conspira para hacer realidad tus pensamientos, y en lugar de desechar el de “Será lo mismo”, te quedas con el “Estoy mejor así“.

¿Viste la imagen principal del texto? Un hermoso atardecer con un señalamiento de dirección encontrada, que muestra perfectamente el sitio en el que me encuentro; no se sabe a dónde voy, y depende el camino que tomes se mirará la flecha señalando el sentido correcto que debes seguir, sin embargo, me encuentro justo en el centro, viendo el hermoso atardecer, mientras pienso y pienso a dónde ir.

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