Preguntas sobre #ElPrimo:
1.- ¿Las fantasías que relatas en el primo son reales? ¿Qué tanto de realidad alguna vez vivida hay en esos textos?
R= Las fantasías que relato en ese libro son reales en tanto sucedieron en mi mente. Sin embargo, como tales, fueron sólo eso: fantasías. Por supuesto que están inspiradas en filias y fetichismos que he vivido en la vida real, pero no de la misma forma que en el libro.
2.- ¿Te has enamorado de algún primo?
R= Desafortunadamente no tuve primos de mi edad ni cercanos a mí. Fue hasta a la adolescencia que conocí a mis primas, unas mujeres de la edad de mi madre. Por lo que la posibilidad de haberme enamorado de algún primo quedó descartada desde siempre. Pero recuerdo haber conocido en ese entonces a una especie de primo en un grado muy lejano, sólo un poco mayor que yo, atractivo, que por azares del destino llegó a pedir trabajo al taller de mi papá. No me enamoré de él pero, como puede ser común y es muy natural, lo llegué a desear. Dejaba su ropa de trabajo usada en el baño del taller.
3.- ¿Hay alguien en quién esté inspirado ese primo de tu libro?
R= Muchos de los sentimientos y fantasías del libro están inspirados en un amigo íntimo del tiempo en el que escribí el libro, un chico compañero de la universidad con el que vivía y compartía todo, “excepto el sexo” (como se dice en el libro). Por algunos momentos vivimos una comunión parecida, en una casa rústica, cerca del bosque de la montaña de Valenciana, en Guanajuato. De allí tomé un sustrato afectivo y tópico, y lo demás es mera literatura.
4.- ¿Cómo fue escribir los sentimientos y fantasías respecto a la relación incestuosa del libro?
R= Fue muy divertido experimentar la prosa poética por primera vez. Respecto al tema del incesto, era entonces un tema literario que alimentaba mucho mis fantasías sexuales. Escribir el libro fue como haber vivido tales experiencias, al menos adentro de mi mente, en un espacio virtuoso fuera de este mundo.
5.- ¿Influyó este libro de alguna manera en tu obra literaria posterior? ¿Aparece el personaje del primo deseado en algún otro libro?
No. El personaje del primo no aparece en ningún otro libro mío. Existe un poema en un libro mío anterior, Galería del sueño, que se llama “El primo”, pero no tiene relación con este otro modelo. El primo al que se hace mención en Galería del sueño es un fantasma invocado (que modelé sobre la figura de mi amigo de adolescencia Armando) con el que se dialoga acerca del parentesco de todos los hombres y los lazos fatales de precariedad con los que estamos unidos, algo sobre reconocer nuestro ser vulnerable en la otredad. Y claro que escribir El primo influyó en mi proyecto escritural. A partir de allí, me di cuenta que la prosa podía ser otra forma de diversificar mi creación poética, y de esa certeza nacieron los posteriores libros de prosas poéticas de mi trayectoria, que son varios.
6.- ¿Qué fue de los primos al crecer?
Eso es un misterio. Dejo al lector completar la historia fragmentaria que se propone reunirlos finalmente en el sexo y salvarlos del apocalipsis al que el deseo los arrastró; o bien, congelarlos en esa tensa imagen final para siempre, en la sublimación por el relato. Primar sobre todo el deseo para que ese deseo no muera trágicamente al realizarse.
Preguntas sobre #PenetradoPorElAmor
7.- ¿Los poemas versan sobre tu manera de amar y de vivir el amor?
Creo que sí. Son mis formas (múltiples, diversas de sí mismas, incluso contradictorias) de amar adentro y afuera de la letra. Algunos poemas fueron escritos para personas concretas a las cuales he amado; pero muchos de ellos son sólo fantasías o investigaciones poéticas.
8.- ¿En el poemario se retrata algún amor imposible tuyo?
No sólo uno. Uno de ellos fue muy profundo y marcó sensiblemente mi vida. Si bien en algunos idealizo lo que pudo haber sido con chicos de los que mi imaginación se ha prendido, por lo menos “Sólo puedo acariciar tu cabeza” fue enteramente confesional, porque de hecho fue escrito para volver a declarar mi amor al muchacho del que estuve enamorado intensamente durante una época.
9.- ¿Los poemas contienen fragmentos de amores que has tenido a lo largo de tu vida?
Algunos sí. De mi vida reciente. Sin embargo, la mayoría son reinterpretaciones homoeróticas de tópicos literarios tradicionales de Occidente: el amor de los colegiales y de los efebos, el amor pastoril, el amor cursi, el amor pasional, el amor secreto; asuntos así.
10.- ¿Qué piensas acerca de idealizar el amor y cómo has experimentado tu propia idealización del mismo?
Es un asunto muy difícil. Para cierto tipo de poetas, nos es absolutamente inviable y, además imposible, no idealizar el amor en sus diversas formas, por lo menos adentro de los poemas. En la vida concreta, se aprende a vivir el amor terrenal de una manera que no haga sufrir tanto, a mejorar sus artes y a lidiar con el apego y la dependencia. Es necesario aprender alguna vez, en este mundo, a separar convenientemente, cuando es necesario que así sea, el mundo puramente ideal, de la experiencia concreta del día a día, sin que eso quiera decir, dejar de lado la belleza y el encanto. Es saludable que a veces lo queramos así.
11.- ¿Para amar a los demás es necesario primero amarse a uno mismo?
Eso es un lugar común que, como todos, tiene su parte de verdad y su parte de falacia en tanto forma inflexible. Creo que aprendemos a amar amando. Y muchas veces queremos o anhelamos amar, porque precisamente no tenemos amor propio. Y en eso no puede haber culpa. Es un dilema. Efectivamente he llegado a amar desaforadamente a alguien más, en quien creí descubrir lo necesario para mi completitud, cuando más necesitado estaba de amarme a mí mismo primero. Por lo que acepto que se requiere alguna seguridad mínima y elemental antes, que es la que finalmente te hace poder compartir.
12.- ¿Hacer poesía es amar?
Creo indefectiblemente que sí.
