JORGE HERNÁNDEZ PIEL DIVINA En entrevista Por: Rayco Severiano

MIENTRAS BAJAMOS DEL PUEBLO DE TLALPAN, SOBRE INSURGENTES, EN UNA JEEP COLOR BLANCA, CON LOS CRISTALES POLARIZADOS, JORGE HERNÁNDEZ PIEL DIVINA, PLATICA SOBRE SU TRABAJO, LOS AÑOS EN MÉXICO Y LA POESÍA. SABEMOS QUE EL TIEMPO PARA DESPEDIRNOS SE ACERCA, QUE EL PRINCIPIO DEL FIN DEL MUNDO TRANSCURRE. PIENSO EN LA POSIBILIDAD DE ENCONTRARNOS DE NUEVO. Y TAMBIÉN QUE EL MEJOR TIEMPO ES AHORA, PORQUE YA NO HAY DESPUÉS. BAJO LA VELOCIDAD (SIN DETENERME), LE DIGO SI PUEDO HACERLE UNA ENTREVISTA. ÉL ACCEDE. SACO MI GRABADORA DEL BOLSILLO Y COMENZAMOS A CHARLAR DE FORMA NATURAL. PASANDO EL ESTADIO AZTECA, CALZADA DEL HUESO, DIVISIÓN DEL NORTE, LA VIRGEN, MIGUEL ÁNGEL DE QUEVEDO, GENERAL ANAYA, ERMITA Y EL FIN DE LA NOCHE NOS SALUDA. SI NO CONTAMOS LA HISTORIA DESDE EL PUNTO PRIMIGENIO ALGUIEN MÁS LA CONTARÁ Y SEGURO SERÁ MENTIRA.

 

R.S.: ¿Qué me puedes decir de tus años en México y la poesía?

 

J.H.P.D.: Sí, mi llegada a la Ciudad de México es como todo provinciano que llega a la capital: un poco perdido hasta casi sin poder moverse, sin poderse desplazar en la ciudad. Y la gran suerte que tuve fue encontrar a los amigos Infrarrealistas y comenzar una especie de autoaprendizaje, encontrar gente cultísima y generosa… ¡muy generosa! Como lo fue: Mario Santiago, Roberto Bolaño y José Peguero. Encontrar seres mágicos, luminosos exuberantes como Mara Larrosa, Geles Lebrija[1], y que con el tiempo marcaron completamente mi espíritu y marcaron incluso mis intentos de hacer poesía.

Yo creo que dentro del grupo había gente que tenía más talento que yo para hacer poesía, pero a mí me abrió la posibilidad de escribir unos versos que (por ahí) no salieron tan mal.

 

R:S.: Sobre la poesía, la escultura y la relación del vínculo entre las disciplinas y tu trabajo actual.

 

J.H.P.D.: Roberto Bolaño en principio cuando nos conocimos nos encontramos en la Casa del Lago en el taller de Alejandro Aura, él se presentaba como escultor, escultor de ideas y tenía unas interesantes. Y siguió en la literatura, siguió escribiendo sus grandes novelas, sus grandes poemas. Yo, ya estando en Francia, me concentre más en una lucha cuerpo a cuerpo con la materia. Porque hay algo que con la materia no se vacila, con la poesía puedes fallar un verso, borrarlo, corregirlo, volver a comenzar, y en la escultura no. Tienes que darle un cuerpo, una resonancia al espíritu. Hay un cruce de miradas entre la poesía y la escultura. La escultura se nutre particularmente de la poesía, porque no se trata nada más de tallar la madera, no se trata nada más de trabajar la materia, se trata de hacer salir del espíritu algo que vibre y que cree un eco en el que va a mirar tu escultura, y de la misma manera en la poesía, los cortes, las secciones, el volumen que le estas dando tienes que integrarlo en la poesía porque así ya no es nada más una poesía unidimensional es una poesía que viene a tomar un carácter casi de volumen, tridimensional es como pasar de la superficie pintada al cubismo en donde ya ves que aparece el volumen aunque siga siendo una superficie pintada. Entonces el poema viene a transformarse con la escultura.

 

R.S.: De tu obra actual, en que estas trabajando y cuáles son tus elementos.

 

J.H.P.D.: En escultura estoy haciendo una serie de tótems, porque es un como un pretexto para llamar al espíritu al espíritu de la tierra, del sol, del agua, es casi casi animista, un gesto animista, es como darle vida a un árbol… un árbol que muere hay que prolongar su vida en una vida poética y la escultura es eso, por una parte. Por otra parte, en esa serie de tótems que estoy haciendo es darle un homenaje a los grandes escultores africanos que han sido robados, pillados, utilizados. Y el trabajo quiere evocar de alguna manera que ellos son mis grandes maestros.

Y en poesía, estoy regresando a un poema, casi minimalista, como los aforismos. Donde estoy mezclando un poco: filosofía, imágenes, pensamientos, pero que siguen siendo poesía.

 

R.S.: Supongamos que se te acerca un joven poeta. ¿Qué le dirías?

 

J.H.P.D.: Leer mucho, leer mucha poesía. Pienso que la respuesta sería leer poesía y caminar por la vida con los ojos bien abiertos, con los poros de la piel bien abiertos. Mostrarse sensibles a la gente que sube al autobús, a la persona que te vende los boletos del metro. Porque la poesía no es nada más una experiencia estética, es una experiencia de vida, sobre todo. Entonces lo más importante realmente es como desplegar tus antenas, desplegar tu sensibilidad y exponerse a eso. Exponerse a que todo lo que veas te produzca un shock, una emoción.

Rayco Severiano (Torreón, 1984). Artista visual, su trabajo se puede encontrar en La Ciudad de los poemas (Ediciones delirio, 2021, Jornada Internacional de Poesía Visual (Brasil, 2020) y algunas portadas de Papas Fritas Editoræs. Ganador del Premio Internacional de Poesía Juan Camaney (México, 2019) y finalista en el I Premio Rapallo de Poesía  (Argentina, 2020). Ha publicado los libros: A 6606 km de distancia (Niño Down Editorial, 2021) y Niño Perdido (Escrúpulos, 2021). Contacto y galería fotográfica: www.instagram.com/rayco_severiano

[1] La entrevista fue realizada el 20 de julio del 2021, en Tenochtitlan, México. Lamentablemente la poeta Geles Lebrija murió el 5 de agosto del mismo año. En uno de sus últimos mensajes dijo: “Sigo pensando como en la juventud, que lo que puede transformarnos en mejores seres humanos es el amor. Quizá suene a hippie trasnochado, pero así lo siento”.

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