No guardemos tristeza en nuestros corazones cuando se arranca una flor. La muerte, tarde o temprano, siempre se hace presente ante nosotros, llevándose aquello que más amamos; pero la vida no termina ahí: siempre encuentra la manera de crear posteridad, ya sea en la semilla, en un recuerdo o en el legado. Facundo Cabral, Violeta Parra o Mercedes Sosa perduran no sólo en canciones, sino en aquellas personas que vienen detrás y que ahora son también cantautores formando historia propia.
Jossy Gallegos comenzó su carrera en la música con temas tradicionales de Guerrero, tal como “Por los caminos del sur”. Posterior a ello se fue formando en los géneros de trova, rock, ópera y pop, de los cuales incluyó piezas como interprete en su primer álbum Al natural. Pronto debutó como cantautora en su segundo disco, Pajarillo, y en el 47 Festival Internacional Cervantino reafirma su autoría con su más reciente álbum, Hormonía, disco titulado así al fusionar las palabras “hormonas” y “armonía”, pues busca que la música recree en el espectador estados de ánimo cambiantes de un momento a otro. A lo largo del concierto, se repite el juego combinatorio de géneros, además de incluir el folclore y el popurrí, variedad que le permite saltar de canciones animosas a otras tristes.
La pregunta es ¿realmente logra generar un efecto de hormonía? Por supuesto que sí. Todas las historias se volvieron canciones, las canciones se transformaron en emociones y éstas últimas estallan en el arrebato del espectador seducido por canto y guitarra. A pesar de la fría noche, la cantautora logra cautivar el corazón de su público que, con lluvia encima, no se va hasta finalizar el concierto. Como lo hizo Mercedes, Violeta y Facundo, ella también busca la manera de versar sobre el amor, la paz y la vida, y así se vuelve “flor que nace sobre las sepulturas”*.
*Cita del discurso “Los pinos nuevos”, del poeta cubano José Martí
Jossy Gallegos
Hormonía
25 de octubre de 2019
Ex Hacienda San Gabriel de Barrera
Fotografía: cortesía FIC
