La mano izquierda de la oscuridad por Esteban Govea

Esta novela de ciencia ficción, escrita por la autora estadounidense Ursula K. Leguin, y publicada en 1969, se ha convertido en un clásico del género por varias razones, entre las cuales destaca su penetración en sus reflexiones sobre los roles de género, cualidad que la ha vuelto un referente para la teoría feminista y los estudios de género. En adición a esto, se trata de una obra muy bien escrita que, sin ser técnica, se mueve dentro de los confines de la ciencia ficción dura.

            La novela cuenta la historia de Genly Ai, un envíado del Ecumen, suerte de confederación galáctica, al planeta Gethen, en la periferia de los dominios del Ecumen, a setenta años luz del centro. La misión de Genly Ai, personaje descrito como un terrícola negro, es establecer contacto con los gedenianos para unir su planeta al Ecumen y establecer un intercambio de información, mercancías y tecnología. Pero entre los terrícolas del tiempo de Genly Ai y los habitantes de Gethen hay abismales diferencias. La más obvia de ellas es el hecho de que los gedenianos son andróginos sin sexo fijo.

            Esto significa que, en general, los gedenianos no experimentan atracción sexual, salvo en los tiempos del kémer, suerte de celo en el cual el sexo de los individuos se define temporalmente, para posibilitar la procreación, tras lo cual las características sexuales desaparecen, para reaparecer en el próximo kémer, siempre de manera incierta, pues los individuos cambian tanto al sexo masculino como al femenino, lo cual implica que todos son, a su momento, brevemente hombres y mujeres, de manera que en la cultura gedeniana, cualidades asociadas al sexo no son codificadas en concepto alguno de género.

            Como resultado de esta particularidad fisiológica, los gedenianos tienen una cultura muy distinta de la terrestre. Un mismo gedeniano puede concebir como hombre y como mujer en sus respectivos turnos, pero los únicos hijos que son tenidos como tales son los concebidos mediante el embarazo, de modo que la herencia es matrilineal. La administración pública, la diplomacia, la guerra misma, son conducidas de manera muy distinta, con códigos de conducta precisos, cifrados en la práctica del shifgredor, suerte de sentido del honor y la vergüenza que regula las interacciones sociales formales entre los pueblos de Gethen.

            En adición a estas complicaciones culturales, existen los no menos desdeñables obstáculos ambientales, pues Gethen es un planeta gélido, con temperaturas bajo cero todo el año, continentes enteros de glaciares y mortales tormentas de nieve.

            Así, la labor de Genly Ai se ve obstaculizada a cada paso, a lo que hay que añadir el hecho de que la masculinidad permanente del protagonista lo vuelve una aberración a los ojos de los gedenianos, quienes no dudan en llamarlo “pervertido”.

            A la inversa, la propia percepción idiosincráticamente masculina de Genly Ai, lo predispone en contra de las maneras y costumbres de individuos a quienes considera afeminados, como en el caso de Straven, quien comparte su punto de vista y comprende la importancia de su misión, pero no cuenta con la confianza de Genly Ai. Esto lo lleva a mostrar ignorancia en lo concerniente a las prácticas diplomáticas y del shifgredor, y a granjearse la enemistad y traición de una facción importante de los líderes de una de las naciones gedenianas.

            En consecuencia, Genly Ai debe huir y refugiarse en Orgoreyn, la potencia enemiga, donde su labor comienza de nuevo. Allí reencuentra a Estraven, que tuvo que huir también. Éste advierte a Genly Ai que las autoridades de Orgoreyn. Genly Ai es de nuevo traicionado por las autoridades con quienes esperaba negociar, y enviado a un campo de trabajo, donde pasa penurias que lo llevan al borde de la muerte.

Para su sorpresa, Estraven corre grandes peligros físicos y de shifgredor para liberar a Genly Ai, y deben pasar una travesía por el hielo inhóspito antes de que se decida si Genly cumplirá o no con su labor.

Además de la trama principal, la novela entrelaza textos provenientes de la propia cultura ge

Sin afán de revelar el final, baste decir que la mano Izquierda de la oscuridad es una obra de ciencia ficción que muestra las alturas literarias a las que puede llegar el género, así como una penetrante obra de observación y reflexión sobre temas como el género, la lealtad, la traición, la supervivencia.

 

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Esteban Govea es un poeta, narrador y guionista guanajuatense de treinta años radicado en la Ciudad de México. Es licenciado en filosofía por la UNAM, donde cursa la maestría en estética, y estudió guion de cine en el CCC. Dirige el Colectivo Arde y Cultura. Sus libros La Poética Robot y La Música Cósmica están de venta en Amazon.mx.

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