Los metales han sido desde el origen de los tiempos la base de nuestra civilización, estando presentes en nuestras herramientas y utensilios domésticos, en nuestras viviendas y medios de transporte, e incluso en nuestros símbolos de poder, ya sea en las joyas que nos adornan o en las armas con las que nos defendemos. Por ello, te platicaré un poco acerca de estos materiales muy importantes para nuestra sociedad.
Todos tenemos claro el concepto de metal, no obstante, no es fácil definir con palabras a estas sustancias. Según la Real Academia de la Lengua Española se denominan metales a cada uno de los elementos químicos buenos conductores del calor y de la electricidad, con un brillo característico y normalmente sólidos a temperatura ambiente (excepto el mercurio). La importancia que los metales tienen y han tenido para la humanidad a lo largo de la historia, viene dada por las características de estas sustancias. Desde el punto de vista físico presentan gran dureza y tenacidad (cuanto se puede doblar), un intenso y característico brillo y unas excelentes propiedades mecánicas, además una elevada capacidad como conductores del calor y de la electricidad.
Los metales presentan una gran variedad de usos en la vida actual, todos ellos relacionados a sus propiedades físico-químicas. Las mayores aplicaciones se encuentran en el ámbito industrial, pero no hay que olvidar la importancia económica y técnica de muchos compuestos metálicos en otros sectores, por ejemplo, en el sector químico. Pues bien, a continuación, te mencionare los principales usos de los principales metales. Cabe recalcar que estos se clasifican en dos grupos; metales ferrosos (usados para las aleaciones de acero) y no ferrosos (no usados en fabricación de acero).
Para los metales ferrosos empezamos con el hierro, el cual se puede considerar el cimiento principal de nuestra civilización actual ya que es la base de la producción del acero. El manganeso se emplea como agente desoxidante en todos los tipos de aceros mitigando la acción perjudicial del oxígeno y del azufre. El molibdeno aumenta la tenacidad y la resistencia a la corrosión de los aceros. El cobalto se emplea para darle dureza a los aceros y en superaleaciones, además de la fabricación de baterías y acumuladores eléctricos.
Por el lado de los metales no ferrosos tenemos el cobre, que es el tercer metal en base a su importancia económica y se emplea fundamentalmente para la fabricación de aleaciones, en electricidad y electrónica, para acuñar moneda y en la fabricación de tuberías e intercambiadores térmicos. El plomo continúa siendo un metal importante que se emplea esencialmente en la fabricación de baterías, tuberías o recubrimientos. El estaño, debido a su alto precio, presenta una gran importancia económica, y se utiliza esencialmente como recubrimiento de las láminas de acero. El titanio se emplea en la industria automovilística para la fabricación de motores o frenos, en blindajes militares, en la industria aeronáutica, naval y espacial. El antimonio tiene una creciente importancia en la industria de los semiconductores (electrónica).
Muy bien, ahora que ya conoces algunos de los principales metales que se usan actualmente, que te parece si vemos ahora de donde se extraen estos metales; es ahí donde entra la minería. En la actualidad hay dos fuentes básicas de obtención de los metales: a partir de los minerales y procedente del reciclado de las chatarras.
La minería metálica ha sido, desde la antigüedad, la principal fuente de obtención de los metales. Mediante la minería se obtienen los minerales metálicos contenidos en un yacimiento mineral, bien mediante trabajos subterráneos (mina subterránea) o en el exterior (mina a cielo abierto). Cada uno de los metales se puede extraer de varios minerales distintos. El zinc, por ejemplo, se puede obtener de su sulfuro, la esfalerita, de sus carbonatos, smithsonita e hidrocincita, de sus silicatos como la hemimorfita, o de sus óxidos como la zincita.
En el mundo actual gran parte de los metales son reciclados y recuperados para nuevos usos. El reciclado surgió con caracteres industriales a mediados del siglo XX, y en la actualidad la transformación de metales de desecho supone una contribución de un orden similar a la aportación de las fuentes primarias, es decir, que por medio del reciclaje se obtiene cantidades similares a las producidas por la industria minera y metalúrgica.
