PAREDES CRIS NB

La distancia a todos nos obliga a cambiar de una manera, me siento diferente cuando hablamos en persona que cuando les escribo por internet, hoy vivo una pandemia tan grande que nos obliga a encerrarnos y de alguna manera ha estar alejados físicamente del mundo, estamos en un término sin fin, nadie sabe cuándo ni cómo acabará este mal, solo sé que cada día hay más caídos por este suceso, atrapado en una casa sin salida, así me siento, estoy detrás de la pared todos los días deseando que la persona que amo, se recupere, justo antes de este trágico momento, teníamos planes para irnos a viajar, incluso tal vez uniéramos nuestras vidas legalmente, pero no sabes cuándo ni cómo todo puede cambiar.

Después de días de mudarnos para vivir juntos, me di cuenta que la persona que amo, se sintió mal, cayó rendido a la cama, pensando lo peor,tenía que ser ese virus, y fue así, noches sin dormir, solo para ver qué podía respirar, es difícil estar con alguien que quieres y evitar llorar porque no sabes que va pasar, te imaginas lo peor, pasan más días y una noche de un sábado, me encontraba sentado entre la puerta y la pared de su cuarto, pues no quería que me contagiara, solo entraba a lo necesario.

En ese momento le dió una crisis, en ese momento creí perderlo todo, llegó la ambulancia, sin poder ir yo, ni estar afuera del hospital me permitían, pasaron días en los que yo me preguntaba si aun vive, la angustia y la sobriedad de la dura realidad me hacía sentir más fuerte la soledad, mis amigos y mi familia no estaban cerca pues podía contagiarlos, solo me tenía yo y el mundo virtual, prendía una vela todos los días, por si alguien allá en el cielo, universo, otros mundos escucharán mi pesar, la música de la sala quebrantaba mis memorias, y los libros que leía solo me hacían pensar en un final trágico, pues lo finales felices quedaron olvidados.

Pasaron 18 días y no paraba de ir y preguntar y me decían poco, hasta que esa noche me dijeron por teléfono que murió, en ese momento perdí todos mis sentidos, aventé todo a la pared, me detuve cuando cayó nuestra fotografía, quise huir, tomé el tren hacia Savona, fue ahí donde nos conocimos, ahí donde atravesaba el Río Letimbro, y los colores eran caminos de arte, ahí tuvimos nuestro primer beso frente a las Torres del Brandale, y estando yo ahí solo, suplicando regresar el tiempo, una sola vez a ese momento, que triste es la vida me decía, que amargo puede ser recordar los momentos más dulces, y que valor es aceptar que nunca volverá a pasar igual.

Sentado el la bahía de Sanova contemplando el mar, con ganas de hundirme en el fondo y despertar en otra vida, tanto cuesta recuperar uno su vida cuando la persona que se va te arranca tu otra mitad, me sentía tan roto, saqué mi violín, quería sacar todo ese sentimiento, mientras sonaba con pesadumbre la melodía de Albinoni, Adagio, cuando terminé de tocar, me puse de rodillas, solo quería llorar hasta secar mis ojos, en ese momento alguien aplaude, volteo y pareciera que vi un fantasma, me acerqué, para ver qué tan real era, cuando me tocó, y me besó, sentía que volvía a nacer, me dijo que lamenta mucho que me dijeran que había fallecido, pues fue un error de papeles en el hospital, debido a la pandemia pasó un descuido con alguien y cruzó las actas, que al salir a los dos días del hospital, no paraba de buscarme, y que luego pensó que tal vez estaría donde una vez nunca pensamos estar, y era cuando decidimos empezar este amor, Sanova era el mejor lugar para regresar y retomar la promesa de volver a estar juntos por siempre, así fue como mis plegarias fueron escuchadas en el universo, y cómo agradecer a la vida esta oportunidad para valorar lo que alguna vez daba por hecho que todo sería para siempre, ahora se que somos inmortales, solo por un momento en el tiempo, nadie podrá borrar este capítulo de mi vida, y si la vida me regala más como este, que sean con la misma persona.

Por CRIS NB.

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