Tengo que borrarlo todo,
Hasta crear un desierto
Donde puedan florecer nuevamente
Las cactáceas.
Había monstruos cohabitando dentro de mí,
Que se limitaban a respirar poco
Para no dejarme sin aire.
Hay otras voces que traen consigo el silencio
Y el manejo perfecto de unas teclas,
Que al tocarlas se vuelven líquido,
Casi como oro fundido
Es tan fácil dejar de pensar ,
Que parece menos imposible
Sobrevivir a un día más
Esta soy yo,
La que pierde el miedo a encontrarse
Y aun así siento que no lo estoy haciendo mal,
Tendría que cerrar los ojos
Para inventar ese nuevo mundo
Que traiga consigo la renovación.
A veces parece que estoy cansada de ser yo,
Luego vuelvo a contemplarme
Y al darme cuenta de lo que he construido
Me reencuentro maravillada.
Hay castillos en mis manos
Que al tocar el sueño se vuelven de arena,
Hay viento que se desmonta en mi ventana y me viste
El pálido cuerpo con encanto,
¿Qué es esta emoción que me aborda?
La desconozco y es interrumpida
Por una era vacía, que no comprendo.
De repente todo se vuelve un vals,
De inercias absurdas y naturales
Que se conectan trayendo de vuelta
La emoción desconocida.
Soy ruido blanco,
Me he dejado llevar por la danza cerebral
Del ambiente.
Quiero quedarme atada en la proa de un barco
Que represente la vida,
Para luego sumergirme
Aprender a respirar agua y sal.
Escucho como el viento arrastra las hojas
Y luego sonrío,
Porque sé que he cometido un nuevo error,
¡Y sonrío porque me encuentro!
El suelo frío donde yace la nada,
por ratos es invadido de recuerdos infantiles
Que no se recuerdan cotidianamente.
Las luces fugaces se vuelan de un lado a otro
Incendian mi hoguera y me vuelven
Fuego.
Hay diez uñas y diez negros que representan
En un juego el abismo creador
Que redime las penas de un pasado,
El pasado que se ha devorado
Las entrañas de la memoria
Tiempo casi perdido,
Encontrado después en las raíces
De un universo extranjero,
Suelto, libre, bondadoso y cruel
Hay destrucción allá afuera,
Donde las aves cantan para reestablecer
La armonía del mundo.
Pretenden traer de vuelta
Los eclipses de sol.
Me escucho surreal,
Arrastro puertas para crear
Nuevas melodías, efímeras
Sin reproducción.
Aquellas donde susurran los leones
Hambrientos animales,
Buscan que comer ocultos
Y oculta una manada de lobos aguarda
Llena de sosiego,
Entonces descubro que el ocultarse en la ceguera
Es la mejor manera de sonreírle a la tristeza.
Apresurada he roto la hoja,
Y luego la he pisado con tinta imborrable
Para no olvidar que en cada abrazo
Hay una poesía oculta,
Aquí no queda más que el olor de la esencia,
Oliendo la penumbra que me abraza
Cuando siente el miedo de tu ausencia
Tome un pedazo de carbón,
Para dibujarnos una historia
Sin palabras,
Pero me invadieron los signos gramaticales
Y la imagen se volvió escritura.
¿A dónde van los colores
Cuando dejan su lecho de muerte?,
¡Se escuchan los aullidos del mundo enfermo!.
Caen los troncos secos,
Y nadie los mira con nitidez
Los pasos se pierden
En navíos que naufragan,
Palpita lo inagotable
Como palpita mi amor por tus estrellas.
Se azotan las puertas dentro de mí,
Al chocar con el marco chueco
Descubren que no son perfectas
Producen un sonido que es igual
A todas las frecuencias,
Producen luego el silencio,
Como aquel que producen dos asteroides al chocar
Rechinan las tardes,
Rechinan los dientes de los misterios chimuelos
Del futuro.
Caen a mis pies en pedazos
Todos mis dedos,
Forman un rompecabezas que me llevaría toda la vida armar,
Escribo como una loca,
Escribo frente a una figura estoica
De mirada perdida.
Estrellé mis ojos en el amor
Como quien estrella un relámpago
En su propio reflejo,
Me recuerdan por tormentas,
Por locura
Tan cercanos están a la realidad,
Pero no soy yo
Es otra la que enamora
A Sujetos que viven del spleen.
Transforme sonrisas en pausas,
Para aullarle a la luna
Y regrese unos instantes
A la realidad Estruendosa.