Slender man, personaje icónico de la cultura popular contemporánea, leyenda antigua de incierta procedencia o con similitud a diversos mitos correspondientes a culturas y épocas discordantes. Creatura de fácil identificación visual con pocos rasgos descriptivos vuelta creepypasta, quien cobró auge con estas en los periodos finales de la primera década y los años iniciales de la segunda de nuestro siglo, claro está, pues con el internet medianamente temprano dio pauta al aflore y surgimiento de narraciones-historias cortas de terror con fines de provocar inquietud o asustar a los internautas que navegaban en foros comúnmente dedicado a la difusión de estas historias que eran incrementadas en popularidad y divulgación sobre todo dentro de la población juvenil que cobraba mayor impacto en las plataformas audiovisuales de entretenimiento.
Debido al auge mencionado sobre todo en el medio de redes sociales, resulta complicado no identificar la apariencia de este personaje, así como suele suceder con otras encarnaciones de terror en películas del mismo género. Pues los tintes generales son simples y motivo de recordar. Una altura sobrehumana, delgadez evidente, el vestir de un traje que lo asemeja a una sombra, tentáculos que sobresalen a voluntad de su ser, y como mayor característica la ausencia de rostro con una palidez o coloración blanca. Además de ser importante mención
Por tanto, como suele suceder ante lo afamado, era si bien, no un deber, tal vez algo esperado que de ello resultase una atribución directa al cine con dicha creatura y derivado, la emoción de una gran cantidad de fanáticos quienes en los años previos habían seguido esta creepypasta. Así, el 2018 fue el año para esta película, sin embargo, ¿dio el ancho el para todo aquello que este ser de terror debía representar? evidentemente la respuesta es mayormente un “no” pues el terror psicológico que era de esperar, así como las expectativas de semejante personaje de pesadilla era mayor ya que era al menos parte de la experiencia provocada en sus años de mayor conocimiento.
Las opiniones como en toda otra cinta discrepan o coinciden con la calidad y disfrute de la misma, pero ¿qué decir de Slender man? Sino hablar de una dudosa adaptación de calidad en esta obra, ya que se percibe como una película de poco perfil diferenciador de todo el círculo de películas en el género con un sobre abundar de “screamers” o “jumpscares” por mencionar.
Una historia un tanto comercial abordando un medio y contexto escolar juvenil atravesando por la gradual afectación de las participantes en cuestión de estos sucesos en quienes recae desgracia, emociones intensas de terror y riesgos de vida, así como suele suceder en películas adolescentes. Agregando las poco sutiles sobre abusos en la aparición o inclusión tecnológica vinculada de forma poco eficiente a la historia del personaje, que van desde puntos argumentales como su invocación derivada de la reproducción de un vídeo como sucede en otras cintas cuya trama sí relaciona videos malditos al desencadenar de eventos.
Cuestión que es hasta cierto punto lógico y no ajeno al público quien lo conoció de inicios, el cómo cintas con intención comercial conlleva efectos y adaptación en los años para captar mayores audiencias, sin embargo, ¿se ha aprovechado de forma potencial el personaje? Cuestión puesta en tela de duda debido a que la historia pese a girar en torno a esta criatura tiene como protagonistas a un grupo de chicas, aun así es de esperar y ser tomado como emblema de mayores sucesos de terror, de misterio y poder que pueda ser tomado en su película merecedor de ser recordado más allá de lo que es un inicio, perteneciente a creepypastas. Cosa que no logró y por lejos, inclusive y con debido motivo llegando a ocasionar descontento con la historia vacía para algunos, decente para unos cuantos, y buena para otros pocos. Pero, y retomando lo dicho, si bien no se trata de una posición protagónica directa, es de esperarse la dedicación mayor y detalle en la labor respecto en quien gira la historia al ser en casi total medida el único esencial de cualquier construcción de historia del mismo, cuestión que aunque no es mala y logra un cometido general lo realizado en la cinta, tampoco es algo esperado volviendo un ser de la talla en una simple manifestación carente de fuerza y presencia en la construcción visual y efectos, refiriendo a la propia figura y composición de Slender man.
Finalmente, decir si se habla de una buena cinta en individual y ser juzgada en sí, resulta subjetivo. Aunque como adaptación de un todo existente previo a su realización es de considerar y poner en duda qué tanto (poco o mucho) logró llenar expectativas altas (con justa razón) del enorme traje que recubre y conlleva lo que significa “Slender Man”.