Fin no es como Miedo lo imagina.
Todo ha despertado y ocurrido.
Nada guardó un cambio.
Reglas cambiaron de reflejo:
Brazo tertsia marca las tres,
hora en que Muerte
rompe el reloj de tinta.
Cuerdas estelares tejieron
el canibalismo planetario,
engendrando la aberración astrológica.
Profecías saturniales se cumplen,
y la tercer ficha del sistema
numérico solar sangró:
Montañas de mirada eterna
soltaron el metal evaporado
hacia los jardines porcelánicos.
Tormentas de alfileres diagonales
erosionaron las tierras de espuma
creando el alabastro amargo.
Placas tectónicas iniciaron el vuelo
al ritmo de la espiral, llevando
el cuarzo de los Santuarios
al ónix gástrico perenne.
Mares de arcilla carmesí
plasmificaron en su fin arcano
el enramado de tumbas invertidas
de epitafios sin esperanza.