Hace tres semanas estuve en la Casa Azul, donde vi en una de las paredes la letra de la canción “Noguchi’s Butterflies” de Patti Smith, me gustó porque en ella percibí la historia que la casa cuenta sobre Frida Kahlo, lo que no estaba ni cerca de imaginar es que días después escucharía a la propia Patti hablar de lo honrada que se sintió al haberla visto ella misma, también en su más reciente visita a la Casa Azul.
La tarde del sábado Patti reunió a más de dos mil personas en la Casa del Lago, a quienes nos hizo corear la canción junto con ella después de haber compartido que fue el resultado de haberse encontrado con la colección de mariposas que se observan en la parte superior de la cama que pertenecía a Diego Rivera.
La panorámica de la cama de Rivera no fue lo único que inspiró a Patti, también surgió un poema llamado “Red Song” después de contemplar el trabajo del pintor en la Secretaría de Educación Pública, con ello nos confesaba la conexión tan fuerte que siente con este país pero también su gran creatividad; mientras hablaba de lo inspirada que se había sentido al visitar estos lugares, no pude evitar pensar: ¡Qué genia! de la visita a un lugar le es tan fácil escribir un poema o una canción, ya quisiera yo tener esa facilidad para escribir.
Caí en la cuenta de la gran artista que estábamos viendo en el escenario, ya que nos movía solo con sus letras, su voz y su guitarra.
México significa, me atrevo a decir, el lugar en donde ella se encuentra con otros artistas, pero también, con el recuerdo de aquellos que han sido parte importante de su vida, personas con las que compartió algún tiempo y que ya se han ido, como es el caso del dramaturgo Sam Shepard, o personas que vivieron en tiempos y lugares diferentes a los que Patti vivió pero que han dejado una huella vital en sus memorias y en su trabajo, como es el caso del escritor Roberto Bolaño. Este último fue la razón de su visita a la Casa del Lago, un lugar que el chileno solía frecuentar cuando vivió en nuestro país en los años 70 y por tanto simbólico para todos sus lectores. La presentación fue un homenaje en conjunto con la galería Kurimanzutto, donde los presentes tuvimos la oportunidad de escuchar el poema “Hecatombe" en voz del también escritor Juan Villoro, quien fuera amigo de Bolaño y a quien Patti pidió leer el poema en español. Más tarde llegó el recuerdo de Sam Shepard, Patti contó que habían planeado recorrer México juntos, lamentablemente eso no sucedió pero ella le escribió una canción y quiso interpretarla ese mismo día, también como homenaje a quien fuera su pareja en la juventud.
Mientras la escuchaba cantar me di cuenta de que Patti no solo es una leyenda musical sino también un símbolo de la resistencia y que ahí, antes que la artista se presentaba la persona, una persona que ha dedicado su vida a ir a contracorriente y que a los setenta años sigue expresando su repudio ante las injusticias e interponiendo los recuerdos a las ausencias a través de la música y la literatura, siendo firme en sus convicciones. Su manera de encarar al tiempo y a los tiranos es, ha sido y será siempre la palabra y la música, lo cual puso de manifiesto al enviar un mensaje de solidaridad a las madres y los padres de los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa.
Patti cerró su presentación con “People have the power”, pidiéndonos tener presente que los mexicanos también somos resistencia y que tenemos ese poder del que habla en su canción. Espero que sus palabras retumben más allá del lugar y el momento en el que fueron dichas, que la presencia y resistencia de Patti Smith hagan eco en este lugar que significa tanto para ella.