Conversaciones difíciles: Abismos mentales Arantza Cervantes

Woman in the city. Person in a mask. Coronavirus theme.

Imagina que estas en tu cama, la luz entra por la ventana con un brillo que no estas seguro si habías visto antes.  Normalmente habrías sonreído y suspirado en gozo pensando “que bello” pero no, no recuerdas la ultima vez que te sentiste así o que pensaste aquello, de hecho, esa hermosa luz solo te ha traído ganas de llorar ¿por qué no puedes disfrutarla como antes? ¿Por qué no puedes dejar de sentirte así? Dejar la cama día tras día se ha convertido en una tarea tan difícil, el convivir con personas y sonreír cuando por dentro solo sientes yagas. ¿Qué es esto? ¿Qué abismo terrible te sumerge y aleja de la orilla?

 

¿Alguna vez te has sentido así? ¿Acaso te parece caótico o irracional? Es una sensación bastante usual, más de lo que te imaginas. Los trastornos mentales o enfermedades mentales son alteraciones en la mente que provocan cambios en el pensamiento, conductas y/o emociones. La más común es la depresión (seguro la has escuchado) aunque no es la única. Con frecuencia los trastornos se confunden con simples conductas o emociones como estar triste o enojado, pero no siempre es así y es que hay una línea muy delegada y difusa entre una actitud normal y un trastorno.  Alrededor de un 50% de los adultos padece de un trastorno mental una vez en su vida y solo el 20% de ellos recibe ayuda profesional.  ¿No es preocupante esto? Alguien que quieres puede andar día tras día con una carga monumental en su espalda mientras te sonríe porque no quiere preocuparte, porque tiene miedo o porque le cuesta aceptarlo. Si acaso no es que esa persona eres tú.

 

Pongo este tema sobre la mesa porque es real, difícil y tiene que tocarse. Tiene que haber una conciencia de que es algo que sucede. Exactamente como el feminismo, derechos LGBT o Black lives matter, debemos empezar a hacer ruido por la salud mental y creo que el confinamiento por COVID abrió una gran brecha a este tema. Incontables personas durante el confinamiento se sintieron deprimidas, aisladas, sin fuerza o motivación para salir de la cama y hacer algo, solas y separadas del mundo. Bastaba con ver redes sociales y notar en unisonó estas sensaciones y quizá algo que pocos notaron o reflexionaron fue que muchas personas con trastornos mentales ya se sentían así, aisladas y separadas del mundo, un vivir constante de alerta y angustia. Así que ¿por qué no cambiamos el juicio por empatía? Si te sentiste así durante el confinamiento, recuérdalo. Recuerda el infinito movimiento del reloj y el lento pasar del tiempo, los días iguales, insípidos, desencantados. Recuerda los buenos ratos, las cosas que descubriste de ti mismo y cuando las carga perdió peso. Es una sensación hermosa el romper del hielo. Así que recuerda, se empático y cuando puedas, divulga conciencia.

Por último, si alguien se acerca a ti en busca de apoyo, no te precipites a decir que es pasajero o que solo esta triste, muchas veces lo único que se necesita es una mano que les sostenga, unos oídos que escuchen y un corazón que los entienda. Se amable, paciente y empático. Y si eres quien se encuentra atrapado en un abismo mental, se amable contigo mismo y no luches solo, no hay necesidad de caminar bajo la lluvia sin paraguas cuando alguien te ofrece uno, el apoyo no lo hará más fácil, pero si más ligero. Respeta cuando tu mente y tu cuerpo te digan que necesitan un descanso. No es una situación fácil por ninguno de ambos lados, ser quien apoya o a quien apoyan, pero en definitiva todo tomará forma y un día sin darte cuenta levantarte de la cama ya no será tan difícil.

Es un 2020 loco, una  vida loca, pero no olvides antes de salir de casa: Llaves, teléfono, cartera, cubrebocas, crear conciencia sobre la salud metal y estabilidad emocional, gel antibacterial.  Sí, estás preparado para salir ahora.

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