Una casa pasiva o vivienda con gasto nulo de electricidad más que la independencia energética busca reducir su consumo al satisfacer las necesidades de sus habitantes. Usar fuentes verdes, renovables o menos contaminantes que los generadores masivos a los que recurre la CFE es importante, pero resulta más útil reducir el consumo.
Los aparatos o mecanismos aquí presentados son herramientas tomadas de La ecotecnología en México y el manual de bicimaquinas de la misma institución. Además de los aparatos desarrollados por científicos de la universidad más barrio del país, ponemos en exhibición una tecnología perdida, usada por los primeros pobladores mesoamericanos que cada día más casas carecen de ella.
Cualquiera de las innovaciones aquí presentadas te ayudarán a que tú casita Infonativ tenga el recibo de luz más bajo de la cuadra. Varias de las tecnologías propuestas por el Centro de Investigaciones en Ecosistemas están pensadas mejorar la calidad de vida de aquellos mexicanos alejados de todo reflector político, incluso los de sus alcaldes; sin embargo, los diseños pueden ser replicados en las grandes urbes, aunque su presencia en el hogar puedan deslucir la fabulosa vida de las mansiones de interés social como la tuya.
«Cleaning spinning»
Entre las fantásticas máquinas futuristas que la UNAM divulgó en su manual, hay una que parece haber contribuido a la pesadilla «15 millones de méritos» de Black Mirror.
Baja calorías mientras lavas la ropa con esta lavadora con motor mecánico a base de pedales. La pandemia te ha cerrado el gym, con este aparato podrás recuperar parte de tu rutina mientras ahorras energía para lavar el único ‘short’ y la única camiseta que usas durante la pandemia. Si además te gusta lavar ajeno, o al menos no le haces asco puedes recibir alguna entrada extra de dinero mientras refuerzas la pasividad de tu hogar.
O bien puedes escalar un peldaño en la ecotecnología y conseguirte un dispositivo vintage llamado ‘lavadero’; aunque no se puede negar las ventajas ergonómicas que tiene una bicilavadora sobre el dispositivo tradicional que cualquiera con dos tandas de ropa lavadas en su historial de vida puede testificar.
Desihidratadores
En México alrededor del 37% de los alimentos terminan en el basurero, según el reporte de pérdidas de alimentos del Banco Mundial del 2018; y siguiendo las cifras de diferentes análisis el 11.25% de ese desperdicio ocurre en casa.
Si según organismos internacionales, el 20% de los mexicanos viven en carencia alimentaria, entonces esto le dan peso político y económico a cada tomate o mango que tiramos a la basura, por ello es importante empezar a implementar ecotecnias para eliminar el desperdicio.
Una de las múltiples razones de tal desperdicio es la mala planeación agroalimentaria de productores, consumidores e intermediarios, al nivel que en ningún eslabón de la cadena se realizan prácticas para la conservación de los alimentos.
Por ello, contar con una ecotecnia como la deshidratación es importante para el bienestar social y familiar.
La Comisión nacional forestal pone en línea un manual para construir un desidratador solar, aunque no es difícil encontrar otros modelos en tutoriales de internet. Del mismo modo ha hecho la Unesco.
El proceso de deshidratación tradicional es actualmente poco utilizado, pero fácilmente se pueden encontrar sus líneas básicas en múltiples páginas de internet; sin embargo, si deseas adentrarte en esta ecotecnia es recomendable que uses pequeñas cantidades durante tu periodo de aprendizaje.
Captadores pluviales
La empresa de tinacos y cisternas más conocida, posiblemente, en el país ya comercializa un sistema de captación de lluvia, pero está ecotecnia sigue siendo ignorada por las zonas privilegiadas de la urbanización, los mismos sitios donde se quejan porque la lluvia inunda sus calles asfaltadas.
Una de las medidas que los gobiernos locales podrían implementar es la obligatoriedad de algún tipo de recogida de lluvia doméstica aún en contra del disgusto que tal medida puede provocar; sin embargo, si bien los funcionarios no han dejado su corrupción rampante tradicional, han adquirido en los últimos años prácticas negligentes en la medidas necesarias pero impopulares.
El agua de lluvia permitiría el ahorro público de varios costos colosales para abastecer a las viviendas de agua potable que termina siendo usada para el baño o en otras actividades donde es perfectamente sustituible por la proveniente de la lluvia.
Molcajeting
Cuando los ‘whitexicans’ descubran la maravilla tecnológica que usaban los americanos antes de la llegada de sus ancestros ibéricos ¡van a flipar!
Los científicos auriazules proponen entre sus bicimáquinas, una bicilicuadora; no obstante, la función que cumple el aparato electrodoméstico y la adaptación analógica del respetado grupo de investigadores puede ser cumplida por un mortero tan ancestral como la raza que defenderá el espíritu parlanchín del que habla su lema.
El molcajete, herencia de los grupos originarios de América, para la gastronomía mexicana es un dispositivo ‘wireless’, ‘feeenergy’, ‘ecofriendly’ y artesanal que básicamente te puede servir desde la elaboración de una tradicionales salsitas a base de tomates y chiles, hasta para hacer purés de vegetales para cremas y otros platillos; no necesitas un tomacorrientes cercano ya que es totalmente manual y en el caso de las salsas puede servir al mismo tiempo como recipiente que le dará un toqué silvestre a tu mesa. Este dispositivo que te dará un prestigio cultural invaluable lo puedes conseguir fácilmente en el «town market» de cualquier ciudad mexicana.
Aún así, quiero una bicibatidora.
