El disfraz de la cultura: los que vienen y los que se van Por Joan Carel

Desde hace algunos años, los invitados de honor del Festival Internacional Cervantino (FIC) se han confundido como un asistente más entre todos los otros participantes. Después de esa mala racha, este año la India logró dejar una huella profunda, a pesar de que sus eventos fueron pocos en comparación con lo que se esperaba y en su casa la extravagancia –diría el embajador– dejó mucho que desear.

India es un ser ritual y lo comprueban sus danzas, su música y su teatro, donde impera la ceremoniosidad, según lo visto en esta edición, hasta en las propuestas más actuales, como sus producciones cinematográficas o sus acercamientos con lo occidental. “El futuro es hoy” fue el tema rector de los trabajos durante todo un año, pero India decidió resignificarlo mediante un juego temporal y trasladó la perspectiva del “presente” al ojo de un pueblo ancestral.

El estado invitado hizo algo parecido optando por la remembranza del siglo anterior. Aguascalientes estuvo presente en el FIC a diario mediante el Quijote calavera que cabalgaba con un porte muy mexicano por los faroles de toda la ciudad. Así, el  reflector fue quitado de la escena y puesto en la galería para rendir homenaje al grabador José Guadalupe Posada y al pintor Saturnino Herrán.

Para quienes han tenido contacto con la tierra hidrocálida, es bien conocida la promoción hacia las artes escénicas en todas sus variantes, cuya máxima celebración ocurre en la Feria de San Marcos durante la primavera. Sin embargo, esta vez, con excepción de algunas obras donde sonó con más potencia el nombre de la región coproductora (Barcelona y Yucatán), Aguascalientes mantuvo un perfil bajo. Incluso en la gala de clausura, mientras las pinturas de Saturnino cobraban vida por medio de la danza del Ferial, se extrañó una algarabía más festiva y menos teatral.

“¿El Festival continuará como hasta ahora?”, fue la pregunta de una reportera hacia la dirección del FIC durante la presentación del balance general –incongruente con respecto al movimiento en las calles y los testimonios del comercio local–. Aunque ésta sea una fiesta del arte y la cultura, lo político, especialmente por ser el año de transición en el gobierno de la república, no se puede ignorar. ¿Se reducirá o ampliará el presupuesto? ¿Es posible que la programación, ya ligera con respecto a la de las esplendorosas épocas, se reduzca aún más? ¿Los programas de inclusión cultural por fin considerarán realmente a la sociedad? Según lo dicho en rueda de prensa, pase lo que pase –y por ser tierra azul–, el FIC seguirá. Lo único seguro hasta el momento es que el tema para el 2019 es “Migraciones”, que el estado de Guerrero desea establecer un puente desde el sur del país hasta el norte del continente, y que Canadá, con esta tercera invitación (antes, 2002 y 2009), a través de la cultura buscará eliminar la barrera interpuesta con México por un enemigo comercial.

Ferial de Aguascalientes
Los colores de Herrán, el más mexicano de los pintores​
28 de octubre de 2018
Explanada de la Alhóndiga

Fotografía: Carlos Juica (Cortesía FIC)

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