La Pandemia y los costos de transacción provocados por el gobierno e instituciones por Moisés Campos.

Es bien sabido que la tecnología ha disminuido los costos de transacción, pero ¿cuáles son estos costos? Los costos de transacción se definen como aquellos que se incurren o se ocasionan por realizar un intercambio, es decir, pueden ser los costos de abogados para revisar términos y condiciones de un contrato de compraventa o el IVA. En la cotidianidad, pudiera ser el valioso tiempo que tomas para elegir una prenda en la tienda de tu elección.

 

Los costos de transacción provocan algo que en economía se conoce como ineficiencia en el mercado, donde se refleja un precio mayor al consumidor, a pesar de que no todos se producen en el momento de la venta final. Las empresas, gobiernos y consumidores han experimentado la disminución y aumento de algunos en ellos últimos años.

 

La tecnología con sus múltiples usos, con e-commerce que reduce la elección de artículos al contar con algoritmos de Inteligencia Artificial que trabajan bajo nuestras preferencias y racionalizan nuestras decisiones de compra, al existir filtros de posibilidades de compra, especificaciones técnicas o disponibilidad según nuestras tallas, colores favoritos y otro tipo de elecciones, son ejemplos de reducción de costos.

 

La inseguridad que vivimos en el Bajío ha originado costos de transacción de manera impresionante: al contratar a un guardia, al colocar cámaras de radio vigilancia o las extorsiones tan comunes que muchos grupos criminales. Aunque nuestros gobiernos locales no lo reconozcan, estos costos cuestan vidas, dinero, contraen el comercio e impactan en la salud emocional de muchas personas que viven el clima de violencia.

 

La pandemia del Covid-19 ha realizado un choque entre la oferta y la demanda, se cayó el consumo y la producción y con ello, la inflación se mantiene en términos muy bajos. Las personas en sus casas solo consumen lo más indispensable, muchos comercios han cerrado definitivamente porque les es imposible mantener sus costos fijos sin tener un ingreso alguno. Poco a poco, veremos cerrar muchas empresas y con ellas, familias enteras perderán sus empleo y su ingreso, lo que se traduce en pérdida de riqueza y pobreza.

 

La sana distancia ha modificado la manera en la cual consumimos lo más básico. Los gobiernos son los que producen costos que sin exagerar podrían costarnos la vida. Por ejemplo, el centro de la ciudad de Irapuato fue amurallado con varias rejas movibles que evitan la fluidez de los espacios, mismas que son resguardadas por policías; limitaron la entrada al mercado provocando mayor fluidez en las calles donde sí esta permitido el paso. Son estrategias que están mal planeadas y suceden los efectos contrarios a lo esperado.

 

Bajo una política de dejar entrar solo una persona por familia, en las entradas del mercado se aglomeran los familiares que no pueden entrar. La limitación de elementos policiacos, solo les permite filtrar la entrada y no alcanzan para dispersar a las personas, ya que eso requiere las vialidades abiertas.

Otra medida igual de contradictoria, es el permitir la circulación de solo una persona dentro de los coches para ingresar al centro. Hace días cuestioné a un policía sobre cuál era el afán de acosar con #QuedateEnCasa a las personas, cuando claramente estaban realizando una actividad primordial como es retirar efectivo de un cajero. Sus declaraciones fueron que la gente no entiende y no le importa y que por tal motivo tenían que realizar este tipo de “campañas”. Mi respuesta fue, que en lugar de acosar deberían de coordinar con los establecimientos para facilitar los trámites.

 

Los bancos, a pesar de que desde hace varios años han puesto el servicio de cajeros automatizados para realizar pagos o depósitos, antes y durante la pandemia estos cajeros muchas veces no han funcionado o tardan demasiado. Ante la queja, los bancos siempre garantizan el poder realizar sus trámites, pero si no es en sus sucursales incurres en un costo monetario por comisiones en otros establecimientos.

 

Ante el peligro que representa el salir de casa, los gobiernos e instituciones hoy más que nunca deberían bajar los costos de transacción para primordialmente evitar contagios. Los bancos deben formular mecanismos simples para poder realizar cualquier trámite de manera rápida y segura. El orden es necesario pero eficiente, sin tantas afectaciones y no vulnerando los derechos humanos, como la libertad de tránsito. Los policías deben de respetar la sana distancia entre ellos, el uso de cubrebocas y ser amables, son ellos los que deben de trasmitir control. 

 

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