Desperté
reviviendo con rabia y coraje,
anhelaba que fuera un sueño o una pesadilla,
pero no fue así.
Desperté
queriendo olvidar todo,
dejarlo pasar como un simple trago amargo
que te deja alguna que otra agrura en la garganta,
pero no fue así.
Desperté
odiándote aun cuando todos te amaban,
convenciéndome de que era absurdo
odiar a una caja de cenizas,
pero no fue así.
Desperté
con lo que develé que era un recuerdo
o tal vez una condena infernal,
un recuerdo donde me pintaba
sentada feliz sobre tu pierna
y tú comenzando a posar tu mano sobre mi sexo;
confundida, me mantuve quietecita
porque tan solo tenía el uno por ciento
de lo que tú tenías de vida.