Hace unas semana, Nath Campos, conocida Youtuber mexicana, tras ocho años de terapia, varias conversaciones con sus seres más cercanos y mucha introspección, decidió hacer público su caso personal e íntimo de abuso; Con mucha dificultad y fuerza logró relatarnos la noche que salió con sus amigos y tras tomar algunas copitas de más, su entonces “amigo”, Rix, se ofreció a llevarla a su departamento donde comenzó a hacerle cosas “indebidas” después de que ella cayera casi inconsciente en su cama. (Hay que resaltar que fue sin consentimiento, porque para algunas personas no es tan claro)
Un día después de la publicación del video, los conductores del programa “Hoy”, con atinada “empatía” y “documentación periodística” opinaron ante una audiencia de casi un millón de personas: “Nath Campos no debería haberse puesto en ese estado” “¿Por qué siguió conviviendo con él después del abuso?” Entre otros comentarios “elocuentes”
Sí, Nath. ¿Cómo pudiste hacer algo tan irresponsable? Tu estado de inconsciencia fue claramente un urgido llamado a cualquier pito chico que te rodeara en un perímetro de 10 metros a la redonda. Los estudiosos de la semiótica lo traducirían como “¡Hey! tomé de más, ¡Flojita y cooperando!” Rix, pobre hombre, cayó víctima de tu descuido, mujer irresponsable, ¡Tenías que ser descendiente de Eva! creada para persuadir al pecado, él simplemente sucumbió ante una fuerza más grande que su sentido común: El imán entre tus piernas.
Ya puedo ver a los escritores del programa “Hoy” redactando para una nueva cápsula: “¡Zorro no me violes!”.
Capítulo 1. ¡HOY! ¿Falda larga o pantalón?
Capítulo 2. Sin escote no hay peligro: Cirugía de reducción de mamas. (Por que son claramente un blanco de provocación)
Capítulo 3. Las niñas bonitas no beben alcohol.
Capítulo 4. Los hombres salen de noche, las mujeres de día.
Capítulo 5. ¿Cómo sonreír, mirar o hablar frente a un hombre? ¡No lo haga! Aquí le decimos por qué.
Capítulo 6. 10 pasos para una nueva vida lejos de tu violador
Como mujer siempre hay algo que pudiste haber hecho para evitar la violación, siempre hay algo que exime de culpa al hombre. No cuenta que gritaras que “no”, ni que estuvieras inconsciente, ni que te lastimaran, golpearan o manipularan.
¡BASTA!
Aquí no planteo nada nuevo, pero la repetición, al parecer no ha sido suficiente. Tendremos que decirlo muchas veces más: NO ES TU CULPA.
La víctima puede tener cualquier rostro, el violador no. Cualquier objetivo es bueno, las circunstancias no inhiben su juicio, al contrario, se aprovechan de ellas para violentar nuestros derechos.
Es gravísimo que la conversación de varios medios haya girado en torno a hablar de lo que “Nath” pudo haber hecho diferente para no ser violada, o lo que debió hacer una vez que la violaron. Para los casi un millón de televidentes Nath se llama también Andrea, Susana, Ximena, miles de nombres de mujeres que, como ella relata en el video, se sienten culpables y permanecen en el anonimato, con nulo apoyo para denunciar.
“¿Por qué permaneció cerca de él?” Está mal escrito, permíteme que te corrija: “¿De dónde sacó las fuerzas para poder soportar estar cerca de él?” El caso de Nath representa la mayoría de las mujeres mexicanas. Alguien de su círculo cercano violentó su intimidad. Es difícil procesar y compartir algo así.
Nath, Nath, Nath. Les debes muchas respuestas Nath. No importa que se te quebrara la voz al contar tu historia, ni el riesgo que corres al ser persona pública. Siempre habrán más cuestionamientos hacia tí y a todas las mujeres que sufren de violación cada día. La víctima siempre es la antagonista, culpable hasta demostrar lo contrario.
Nunca se cuestionan a los demás involucrados, así que voy a empezar yo:
- Amigos de Nath, ¿Por qué la dejaron sola en ese estado?
- A la agencia, ¿Por qué no apoyaron a Nath si les abrió su corazón? ¿Por qué el dinero pudo más que la dignidad de una persona? ¿Dónde está su integridad?
- Rix, ¿Por qué entraste a su cuarto sin invitación? ¿Por qué la tocaste y aún cuando no te respondía, seguiste? ¿Por qué te quedaste a dormir? ¿Por qué quisiste aprovecharte de que estaba borracha? ¿Qué hubieras hecho si hubiera sido tu madre o tu hermana?
Comencemos a hacer las preguntas correctas.