Entrevista a Carlos Orozco, bajista experimental por Rebeca Lsp

BernardoCid/ArchivofotoFIC2019

El evento tiene lugar en un rincón privado del templo de la Compañía, también abovedado donde las ventanas dejan pasar una tenue luz violeta; no hay una sola silla vacía. De pronto, las notas del bajo se hacen notar; el contraste entre el instrumento eléctrico y la iglesia se hace obvio; lo nimba todo con un aura de multifacéticas emociones, la mayoría agradables.

El artista es Carlos Orozco, guanajuatense reconocido como uno de los mejores bajistas del país por usar técnicas poco habituales para su instrumento. Da inicio con piezas de su disco anterior. En medio del concierto se detiene para agradecer a la audiencia su asistencia y hacer un par de bromas, incluso se animó a contextualizar al público con las fundamentaciones míticas de su último proyecto, hablando de las Moiras griegas. Su actitud es relajada y sencilla; le pide al público sentirse libre de aplaudir en el momento que le nazca.

Arranca notas poco comunes a su bajo y transita con él espacios inusuales. Varias de sus piezas destacan por sus ritmos trepidantes y momentos atonales que logra suavizar con apacibles contrastes. Otras, en cambio, son melancólicas, pero no por ello menos poderosas; el instrumento siempre consigue ser el protagonista y mediador para la introspección.

Al finalizar, Oscar agradeció al Festival Internacional Cervantino por la invitación y nombró a todos los involucrados para que el evento pudiera realizarse. La mayoría del púbico se levantó para aplaudirle. A la salida, sus discos en venta casi se agotan y yo tuve la oportunidad de entrevistarlo, razón por la cual agradezco infinitamente a su manager Miriam Pérez.

La entrevista se desarrolló en el atrio, donde el artista se presentó escasos quince minutos después de la función con la misma actitud desenfadada y jovial del concierto.

 

Rebeca: Me gustó mucho. Te apropiaste del recinto, porque al ser una iglesia podría costar trabajo gestar el ambiente, pero tú lo hiciste de inmediato.

Carlos: ¡Qué bueno que me lo dices!

R: ¿Cómo te sentiste con eso, tocando en una iglesia?

C: Al principio muy nervioso, creo que es normal, pues llevo años haciéndolo, pero cada interpretación es diferente y, aunque sean las mismas piezas y todo, tiendo a cambiarlas un poco. Me sentí muy bien conforme fue pasando el programa; obviamente vas aflojando el cuerpo y vas ahí, causando frecuencias. Todo muy bien.

R: ¿Te inscribirías dentro de algún género? Yo sentía mezclas de varios, como un híbrido, encantador, por cierto.

C: Muchas gracias. Sí, pues bueno, toda la música que toco es instrumental, pero no sé qué género porque finalmente me estoy traduciendo a mí y eso es lo que intento, traducirme todo el tiempo, pero sin buscar siquiera el gusto de otra gente, o sea, si a mí me gusta y estoy contento con esa traducción, lo grabo. Creo que más bien ahí es encontrar todo lo que hay detrás, todo lo que he escuchado, desde niño hasta hoy, y no sabes en qué momento te sale el “Juan Torres” que escuchabas de niño o en qué momento el Shostakóvich que también escuchaba. La verdad es que no me interesaría insertarme en algún género porque sería como ponerle un límite a la traducción, entonces nunca me ha importado, sino más bien prefiero algo que salga honesto, con una estructura, con una forma y ya con eso está hecho.

R: Y respecto a esta libertad que le das al público de que aplauda cuando lo crea necesario, es la misma libertad, ¿no?

C: Claro, es algo que me gusta mucho desde que tocaba Jazz, donde de pronto hay un solo de bajo, un solo de guitarra y la gente aplaude, ¿me explico? Porque es una manera de decirte “güey, está todo chingón” y no esperarte hasta que se acabe la rola porque ese momento ya pasó, como el río de Heráclito. Me interesa que se sientan cerca, vibrados y lo demuestren, es lo más importante para mí.

R: Yo sentía que podía escucharte en diferentes momentos del día, leyendo, caminando, etc. ¿Tú sientes que hay un momento especial para escucharte o igual en total libertad?

C: Pues sí, total libertad. Hay veces que estoy cocinando y estoy escuchando Moiras. No sé, en el momento en que quieras musicalizar tu emoción, en ese momento, si sirvo de algo, está increíble.

R: Sé que diriges un festival en León (Guanajuato). ¿Nos puedes hablar de él?

C: Antes se llamaba Rock you fest, ahora se llama Voces del rock y sería la sexta emisión. Es un festival de tributos, en realidad, pero con bandas como La cuca; José Force va a hacer el tributo a Black Sabbath, Víctor Carreón el tributo a Queen, el vocalista de La gusana ciega a los Beatles, o sea que vienen personalidades que de alguna u otra forma han hecho historia dentro del rock mexicano. Y la banda en la que toco, que se llama Fénix, es la banda de base. Este año va a ser el 8 de noviembre en el Foro del Lago en las instalaciones de la Feria de León. 

 

Gracias a Carlos Orozco por un poco de su tiempo para charlar.

 

Carlos Orozco 
Recital de bajo eléctrico MOIRAS 
15 de octubre de 2019
Templo de la Compañía

Fotografía: cortesía FIC

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