Más trova, por favor por Joan Carel

Rodolfo García (cortesía FIC)

Desde que se anunció hace casi veintidós meses quién sería el país invitado, la trova cubana ha sido uno de los eventos más esperados en este Festival Internacional Cervantino. Aún se escucha de vez en cuando a alguien anhelando que se publique como sorpresa la llegada de Silvio Rodríguez con su guitarra y todos sus años. Sin embargo, la trova como tal, de manera oficial en el programa, solo fue incluida para una ocasión.

Ray Fernández y Eduardo Sosa son los embajadores de Cuba en este trasnoche. Su deseo, como el de los pocos pero muy comprometidos asistentes, es cantar y escuchar más trova de los cantautores de antaño, de los clásicos, de los actuales, de los poco conocidos, de los que están formándose o por nacer. Por ello, Sosa (en el 49 FIC con 49 años), se dio a la tarea de presentar inicialmente un panorama general de la tradición trovadoresca de la isla. Mencionó a varios precursores del movimiento independentista, como Carlos Manuel de Céspedes y el poeta José Fornaris, quien fue también uno de los creadores de “La Bayamesa”, canción popular cubana homónima al himno nacional fechados ambos en 1867. También recordó a Rafael Gómez Mayea, “Teofilito”, y su canción más querida, “Pensamiento”, de 1916; además de Miguel Matomoros y el trío que conformaba con Siro Rodríguez y Rafael Cueto, junto con algunas de sus canciones de la década de 1930, como “Juramento” y “La cocainómana”, esta última popularizada después por Silvio Rodríguez.

“En la canción tradicional, la primera parte se repite y al final la guitarra lleva un golpecito, ‘ran ran’, si no, no está aprobada, al menos no en Santiago; somos complicados los trovadores, eh”, contaba Sosa dando cátedra entre bromas. “De algunos trovadores se dice que eran analfabetas, pero eso es imposible; tal vez no fueron a la universidad, pero chequen tan solo el lenguaje de sus letras”. En otro momento dijo: “la trova es interactiva, tiene que ver con lo que el mundo vaya solicitando” y entonces llegó el turno de Ray Fernández, quien compartió algunas de sus canciones llenas de humor popular, como “Pídelo todo mujer”, y otra en donde queda claro su posicionamiento como trovador, “Artistaje”. Más tarde, juntos homenajearon a los guajiros cantando “Guateque campesino”, de Guillermo Portabales, popularizado por Ibrahim Ferrer y Buena Vista Social Club. 

Sobre el bloqueo económico de las décadas anteriores no hablaron mucho, solamente enfatizaron que los cubanos, a pesar de todo, no han perdido nunca el sentido del humor y, entonces como si conocieran el deseo de muchos—, comenzaron los versos de la “Pequeña serenata diurna”, de Silvio Rodríguez: “Vivo en un país libre cual solamente puede ser libre en esta tierra, en este instante [….] y soy feliz, soy un hombre feliz y quiero que me perdonen por este día los muertos de mi felicidad”. Para cerrar ese momento nostálgico,  Pablo Milanés también fue evocado con “Yolanda”.

Por el final del encuentro, Ray Fernández, siguiendo su habilidad de repentista, consideró la violencia que hasta la fecha azota a la región guanajuatense y enunció “un delincuente diestro no tira piedras al olmo; raptarme a mí sería el colmo”. Enseguida, bromeando sobre la pandemia, tocó algunos acordes de música ranchera y cantó: “llegó el tiempo de unirnos, hermano, para hacer un mundo más bonito, que el verdadero enemigo es un ser letal y chiquito”. En la improvisación (probablemente pieza futura), dedicó algunos versos de crítica en cuanto a las guerras económicas y la desigualdad de bienes y privilegios, además de reconocer con aprecio la labor médica. Luego terminó: “si he de cantar, lo haré sin lengua, que un trovador no tiene pelos en la lengua”.

Casi para concluir el concierto, después de aplaudir a los mexicanos José María Napoeón y Marco Antonio Solís, quienes integran su lista de gustos personales, dedicaron un rápido homenaje a José José con “Almohada”. Finalmente, todo el auditorio entonó “Guantanamera”, pieza imprescindible del cancionero cubano y reflejo de la identidad de la isla basada en los versos del poeta José Martí.

Sin duda, luego de este evento lleno de un humor agradable, espontáneo y sincero, el deseo no cesa, sino que se intensifica y ruega el anuncio inesperado de más trova para este festival.

 

Ray Fernández y Eduardo Sosa
Trovadores
15 de octubre de 2021
Ex-Hacienda San Gabriel de Barrera

Fotografía: Rodolfo García (cortesía FIC)

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