Es viernes y el inicio del segundo fin de semana cervantino se puede sentir en las calles, llenas ya de turistas de toda índole. De las escalinatas del Teatro Juárez desciende una fila de personas, adultos de la mediana edad o mayores. Para muchos, este ha sido uno de los espectáculos más esperados de la edición 52 del Festival Internacional Cervantino.
El concierto comienza con un pianista al centro del escenario con una pieza que se prolonga por siete minutos. Al principio, muchos se movían con cierta desesperación en sus butacas, pero una serenidad iba cobrando peso en la atmósfera de este bello teatro conforme los minutos pasaban. Tras este tiempo, aparece una Eugenia León engalanada con una capa de terciopelo negra bordada con motivos florales, al estilo de la ropa típica de la región michoacana. El público entra en furor nada más con verla y la recibe entre aplausos y vítores. Ella entona la que será la primera canción de la noche y, al terminar, procede a saludar al público y presentar al pianista: Miguelito Nuñez, “como le llamamos todos en el medio”, expresa con cariño la cantante. Luego platica, a modo de introducción para el que será un emotivo recital: “el bolero en Cuba nace, el bolero en México crece, el bolero en América Latina florece”.
Rumbo a la cuarta melodía de lo que, ya obvio para todos, es un evento de tributo al bolero, una serie de lámparas de cálida luz desciende sobre el escenario, hasta entonces solo provisto de una silla que ocupa esta reconocida representante de la música mexicana, una mesa con un florero y el piano de Miguelito Núñez, cuyo trato con la cantante denota mucha familiar con muy buena química entre ellos. Este nuevo ambiente pinta un aura romántica sobre todo el recinto.
Entre las diferentes melodías, Eugenia, quien a pesar de sus 68 años sigue teniendo un alcance vocal impresionante, va contando con amenidad diferentes datos sobre la historia del bolero, total protagonista de la noche. En ocasiones, el público canta complacido si no está concentrado en capturar la mayor cantidad de fotos posibles de la diva.
A mitad del concierto, aparece un bolero de esos que bolean zapatos, para introducir un momento cómico ofreciendo a la señora León lustrar sus zapatos del camerino. Se la lleva con él para darle un descanso y, mientras el pianista se entrega a una nueva melodía instrumental, las lámparas cálidas se elevan por lo alto hasta perderse.
Reaparece Eugenia engalanada en un traje azul rey que la hace resaltar muchísimo en contraste con el escenario. Nos regala varios boleros más de compositores mexicanos y, cuando llega el momento de cantar “Veracruz”, las luces del Juárez se encienden para iluminar a una audiencia con voz a buen volumen acompañando a Eugenia en tremenda melodía.
Antes de despedirse de este famoso teatro y de esta mágica noche en Guanajuato, la cantante nos dice: “llegamos al final de este concierto hecho a mano con tanto cariño” y la composición más famosa de Armando Manzanero: “Contigo aprendí”.
La audiencia abandona el lugar compartiendo alegre sus emociones. Este evento tan esperado en el Teatro Juárez ha cumplido con las expectativas.
Aunque no sea conmigo. Boleros a piano y voz
Eugenia León acompañada por Miguel Núñez
17 de octubre de 2024
Teatro Juárez