Por unas monedas, cohecho o soborno traicionan y derraman la sangre de sus hermanos.
Emiliano Zapata.
¿Recuerdas cuando empezaron a grabar los cigarros con la excusa de proteger la salud pública y finalmente prohibieron a negocios de alimentos y bebidas permitir fumar en interiores? ¿No? ¿Sí? No los escucho. Pues en aquel entonces una de las frases más repetidas por senadores y diputados era que por fin tendríamos “una ley de primer mundo”. El resultado fue que la cajetilla subió entre un 200% y un 300% su precio final en un par de años; pero ahora que tienen una ley que debería traer al tercer mundo se harán de la vista gorda.
Disculpa si me puse franchute con el título, pero este artículo va sobre una propuesta de ley que precisamente estan tratando de meter en el gobierno de “la liberté, la fraternité” y lo demé. Al inicio de este mes, agosto del 2021, el gobierno francés ha decidido exigir a las tabacaleras que paguen los servicios de saneamiento para recoger las colillas de sus productos sin incrementarle el precio final al consumidor.
Esta ley seguramente que no tendrá repercución en nuestro país en vías de desarrollo porque al gobierno siempre le ha gustado regalarle a la iniciativa privada megalítica lo que le pida y no exigirle a cambio ni salarios dignos para sus obreros. El actual gobierno federal, como sus precedentes, no está interesado en reformar la ley para proteger el medio ambiente o por lo menos fingir que lo hace, a regañadientes cumple con lo mínimo que le exigen en acuerdo internacionales y si puede ni eso.
Proteger el agua
Un manejo adecuado de los residuos de los cigarrillos podría reducir la contaminación de agua y suelo, ya que una sola colilla puede envenenar hasta 500 litros de agua. Los materiales usados para su fabricación, los cuales terminan siendo absorbidos por la tierra, son perjudiciales para las plantas y los animales. En estos tiempos de escasés de agua potable, cuando ya hemos atestiguado varios conflictos a nivel nacional y local; los tres niveles de gobierno harían bien en revisar este tipo de legislaciones y no sólo las reformas de cómo sacarle más dinero al bolsillo del contribuyente de a pie.
Cargarle el muerto al ciudadano o responzabilizar a los culpables
Entre las políticas sociales del vecino del Norte que tratan de culpar y humillar al consumidor final, estrategia adoptada por nuestro gobierno, y las políticas civiles para responsabilizar a las empresas que se benefician economicamente del consumo hay una diferencia muy clara.
Al igual que en otros ámbitos en cuanto a consumo de sustancias nocivas para la salud, el Estado mexicano siempre ha mostrado una negligencia absoluta. Paternalismo, pero del ausente. No es lo mismo regular una sustancia y formar una estrategia legislativa y social para proteger a los ciudadanos del uso de sustancias recreativas con centros de atención y otro tipo de herramientas, que legislar para engordar los grandes capitales y promocionar una moral castigadora contra los ciudadanos, que por constante asedio de la publicidad o su posible falta de voluntad caen en el abuso de dichas sustancias.
Legislar una droga no sólo es mantenerla en caracter de legal o ilicita, sino también crear condiciones adecuadas para prevenir su abuso y proteger la salud hasta en lo que podrían alegar más desestimable. Como en este caso quién recoge los residuos y quien paga por ello.
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