“No necesitamos otro héroe,
no necesitamos saber el camino a casa,
todo lo que queremos es vivir más allá de la cúpula del trueno.”
-We Don't Need Another Hero
En la segunda década del segundo milenio, mucho se ha hablado del empoderamiento de la mujer, de los grandes iconos que como mujeres nos inspiran a pelear por la igualdad.
Algunas de las más populares (y googleadas) son Beyoncé, Emma Watson y nuestra eterna Rachel Green: Jennifer Aniston, solo por mencionar algunas. Ellas han luchado y participado en movimientos a favor de la igualdad entre el hombre y la mujer, en contra de la violencia o el famoso #MeToo, sin embargo, décadas atrás han existido diferentes mujeres fuertes que han utilizado su influencia para poder expresar libertad femenina, tales como Nina Simone en Estados Unidos y en nuestro México, María Félix.
La lista es interminable, pero remontemos en los 60’s, la década del LSD, Woodstock, Martin Luther King, Vietnam y el apogeo del cuarteto más exitoso que la humanidad haya podido conocer, en esa extraordinaria y psicodélica década, había un dúo musical afroamericano conocido por su ritmo funky pero con un toque muy rock and roll que estaba dominando las listas de popularidad, ellos dos eran nada más ni nada menos que Ike & Tina Turner.
Ike Turner ya había trabajado en la industria musical cuando conoció en un club nocturno a Anna Mae Bullock quien más tarde cambiaría su nombre por el de Tina. Ike y Tina tuvieron una de las más turbulentas relaciones laborales y personales que la industria pudo haber sido testigo, se casaron en Tijuana, abunda el rumor que cruzaron la frontera para huir de las responsabilidades que Ike tenía con los hijos que procreó con Lorraine Taylor. El éxito del dúo estuvo apagado algún tiempo, por lo tanto, Ike no podía soportarlo, culpaba a Tina de ya no estar en el top. Ike se encontraba desesperado, ahí fue cuando la cocaína hizo su aparición, al igual que la violencia física y verbal.
16 años duraron las peleas, los golpes en las giras, tras bambalinas, en los estudios de grabación, en aeropuertos, inclusive existieron intentos de suicidio. Una relación en la que no sólo se peleaba por el éxito, la familia y el dinero, otro factor era el apellido que compartían.
Tina por fin se había librado de esa relación tóxica, pero ahora estaba peleando por volver a ser la reina del Rock & Roll, poder cantar sus experiencias que había tenido como esposa, como mujer.
A finales de los 70’s gozando de su libertad, grabó algunos sencillos e hizo algunas apariciones en programas de televisión, pero no se tenía la aceptación deseada. Tina no se daba por vencida, con nueva disquera y un cover soul, fue hasta 1984 cuando Tina volvió a ser #1. Resurgió como el Ave Fénix, de las cenizas, cuando creían que era polvo volvía a la vida, ella sola, con una nueva religión, amigos que la protegían y sus hijos que son su todo.
“What's Love Got to Do With It” lanzado en uno de los años más míticos en la industria del cine y de la música, es uno de los discos más exitosos del siglo pasado y que hizo de la veterana Tina Turner, una guía de cómo sobrevivir después de una vida llena de conflictos, volvió a ser aún más exitosa que teniendo un compañero abusivo, ella debería de ser tomada como un icono para las mujeres. Porque es el vivo ejemplo del empoderamiento femenino.
Gracias Tina, por compartir tu historia a través de la música, por decirnos que no debemos de tener miedo cuando pensamos ¿Qué tiene que ver el amor con eso? Mientras pasamos los límites de la ciudad Nutbush.