Remodelando por Gabo Díaz

La puerta de madera que con el paso del tiempo comienza a rechinar, se le van

algunas tuercas y las grietas empiezan a notarse, hasta que se suelta y no queda

de otra, más que repararla o cambiarla por una nueva.

El vacío en el pecho nos indica que, como en los cuartos encerrados, hay que abrir

puertas y ventanas para dejar que salga lo acumulado, el aire sucio, las animalias,

retratos viejos, comida echada a perder, etc.

¿Has visto en televisión a los acumuladores de objetos, que llenan su casa de cosas

antiquísimas, materiales inservibles, chucherías que recogen de todos lados o que

toman prestado de otras personas? Algo así pasa con nuestra vida. El viejo chiste

cuando tu madre te regaña por tener un desorden en tu habitación y tú respondes

con un “deberías ver mi vida”; pues es similar con los sentimientos y emociones.

Nos involucramos problemas que no nos corresponden, nos llenamos de

pendientes, dejamos todo a medias, no decimos lo que queremos, resentimientos,

secretos, guardamos lo que no deberíamos, y cuando ya no podemos más con toda

esa carga emocional, rompemos en llanto. La puerta de madera que con el paso del

tiempo comienza a rechinar, se le van algunas tuercas y las grietas empiezan a

notarse, hasta que se suelta y no queda de otra más que repararla o cambiarla por

una nueva.

La tristeza es igual, la depresión se siente igual, el llanto es eso, limpiar el polvo de

lo que guardamos, es símbolo de diferenciar los objetos útiles de los inservibles y

desechar la basura, soltar las cargas, los problemas existenciales, los malos

entendidos. Cerrar ciclos.

Limpiemos los escombros pues, nuestra habitación, la zona segura y de confort,

que al fin de cuentas haces la tarea más a gusto con todo en orden, cuando limpias

cualquiera que quiere entrar se asegura de estar a la altura, encuentras lo que

creías perdido, recuerdas lo que nunca pensaste siendo más fácil desechar lo que

ya no necesitas, y por si fuera poco, duermes en paz.

Limpia los escombros, es decir, tu corazón, ponte los trapos viejos y verifica lo que

debe quedarse y lo que tiene que irse, ve la película de tus recuerdos, ¿y por qué

no? Añade música, la música lo facilita todo.

 

FOTOGRAFÍA DE @georgina.mtz

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