#TienesQueConocerla: María Choza (Segunda Parte) Por: Monina Fernández

MF: Me encantó mucho lo que me estás compartiendo. Yo también creo que en el arte no hay verdaderamente una clasificación de lo bueno, lo malo. El arte al final del día debe ser la manifestación, la catarsis, de las mujeres y los hombres que, estamos tratando de expresarnos de alguna forma. Y la forma expresión puede ser super variada: puedes expresarte andando en tu patineta, pintando un grafiti, haciendo una canción. Hay muchas cosas. Justamente, lo que estaba pensando: ¿Tú como poeta te haz puesto a pensar, ¿cuál es tu palabra favorita y por qué?

MC: Fíjate que, es una pregunta que alguna vez me habré hecho, pero no tengo una respuesta fija en el tiempo porque, no sé, tal vez hace años mi palabra favorita era una, después otra… lo que sí tengo son sonidos favoritos. Me gusta mucho el seseo, este ssss, que algunas palabras nos provocan. Siento que es una especie de arrullo. Y me gusta mucho cuando la gente sesea. Incluso la palabra sesear.  Este sonido me gusta mucho, y trato de buscarlo constantemente en mis poemas, en mis textos. No sólo ese, obviamente, pero… intento siempre estar llegando a ese arrullo. Siento que, es una facultad muy bonita que tenemos en la lengua, el poder pronunciar eso. En los dientes. En cualquier lugar donde se ubique, y siento que, por lo menos para mí, era bien fácil escribir sonetos, cosas muy estructuradas.

Cuando yo comencé a trabajar la poesía un poco más actual, sobre todo en cosas no traducidas, encontrar ese tipo de cosas, e intentar reproducirlos, me provoca demasiado intereses.  Siento que es, muchísimo más complicado, encontrar esos guiños del lenguaje en las palabras, que decir: escribí un soneto y tal palabra rima con tal. En cambio, encontrar sonidos que vayan bien, converjan bien con otros, considero que es mucho más interesante, y lo he estado haciendo en mis últimos textos.

MF: Me haces pensar mucho en esto autores que, generan diálogos en sus personajes, y el personaje tiene rasgos propios del dialecto del español al que pertenece. Por ejemplo, que el personaje fuera de Monterrey, y te pones a leer y ¡Claro! Estás escuchando el acento de los regios. Es una parte importante de la mimesis que logra hacer el autor. Creo que en la poesía debe ser muy complejo.  Poder lograr estos rasgos… piensas en muchas cosas cuando haces poesía: la métrica, la rima, el ritmo. Pero estos detalles, estos pequeños guiños del lenguaje, como tú decías, yo creo que no los retomamos hasta que no le damos lectura al producto final. Como autora te estás aventando un gran reto. Es una propuesta muy fresca, muy interesante.

Ahora me gustaría que me pudieras platicar: ¿Cuáles son las otras formas de expresión en las que te has desenvuelto? Como, por ejemplo, la danza, que veo que la compartes con mucho cariño con tu hija.  Siento que cuando uno encuentra algo con lo que puede conectar con sus hijos, y ese algo es una manifestación como lo es la danza, es insuperable. Para mí es una de las cosas más bonitas que el universo te puede regalar, y que es algo imborrable para tu historia de vida. Llevar por siempre el: yo sé bailar por mi mamá. Además de eso, ¿En qué otras facetas trabajas actualmente?

MC: Lo del flamenco, específicamente, surgió el año pasado. Ya teníamos muchísimo tiempo, como diez años, queriendo acercarme a ese lugar que el flamenco es. Porque me llama mucho la atención la parte estética: los movimientos, todo lo que conlleva. Porque me gusta mucho como se ven las bailarinas de flamenco, me pude acercar y curiosamente, mi hija me pidió también acercarse. Primero entré yo, después ella, y ha sido algo muy maravilloso.

Tengo también un emprendimiento, con unas amigas, de restauración de ropa. Ropa vintage, de segunda. Se llama El Tenderete, sígannos.  Y yo, en mi página personal, llamada La Formadora, hago proyectos, casi siempre por encargo, y es básicamente bordado, tejido y teñido. Siento que este quehacer manual, sobre todo, se relaciona muchísimo con la poesía, no de formas tan obvias como uno pensaría, pero… por ejemplo, me ha ayudado mucho a conocer personas muy buenas, que han sido mis clientas de hace 3 años que lleva el proyecto. Para mí ha sido una experiencia que, me ha ayudado a generar un ingreso desde casa, y es una forma de desestresarme y pensar.

Para mí, estar bordando y creando, en lugar de generarme estrés por ello, es como si me pagaran por ser feliz. Para mí cada pedido es una oportunidad de crear algo con mis manos, y me da esta oportunidad de pensar e imaginar. Me encanta elegir el hilo, la puntada, el tipo de tela, el diseño. Me lleva al otro proyecto (El Tenderete), porque nos llega un pantalón, una blusa, de hace 25 años, y cada prenda tiene características diferentes. Para mí es un reto verlo, observarlo, decidir qué se le puede ver bien: unos pajaritos, unas flores, estos o aquellos colores.  En resumidas cuentas, es otro tipo más de arte. Restaurar la ropa y darle otra oportunidad, y después ver el resultado en las fotos que nos comparten las clientas, usando algo que yo ideé, o sea, eso que se están poniendo, y otra persona lo usó hace años, o quizá nadie lo usó antes… se creó en masa, pero ya no es algo en masa, es algo único, porque se le ha dado un toque especial e irrepetible. Además de que no estás generando algo de contaminación extra para el mundo. No hay dos prendas iguales. Este proyecto ha tenido muy buen recibimiento por parte del público.

También, en Virtud Solar, que es un proyecto que tengo con mi madre y mi hermana Daniela, nos dedicamos a la agroecología, y la ecología sostenible, mi hermana tiene una maestría en agroecología. Nosotros por nuestro origen, siempre hemos tenido muy buena relación con la tierra y nuestros procesos. Somos grandes fanáticas de las plantas. Hemos tenido la oportunidad de explorar esa parte. De producir comida para nuestras familias, y educar. Tuve la oportunidad de trabajar en un colegio, en esa escuela le di clases a los niños de agricultura y de plantas, y procesos en general de la tierra. La recuerdo con mucho amor, y siento que, la realidad, ese tipo de actividades, como el reciclaje de ropa o el crear tu propio alimento y enseñar a los más pequeños o grandes sobre eso, es el futuro. Por lo menos para mí.

Yo no soy la más entusiasmada sobre lo tecnológico, sino más como volver a lo manual. A lo que tiene alma. A la paciencia. Esperar a que tu jitomate crezca, y verás que te sabrá como ningún otro, porque después de 3 ó 4 meses te lo pudiste comer. Y siento que, así como mencionas, todos mis quehaceres están relacionados con una sola cosa: congruencia. No me voy a poner a vender, enseñar o hacer cosas que no tengan congruencia, que no tengan un poquito de mi alma. Creo que todo va muy relacionado a lo que soy.

MF: Dicen por ahí, que el poder crear es lo que nos acerca a la parte en la que somos semejantes a Dios. Creo yo que, poder recrear las cosas, es lo que nos hace ser humanos y cercanos a nuestras capacidades. Y, es algo que admiro mucho de tus proyectos. Siento que hay que tener visión para esas cosas. La mayoría de las personas tenemos esta creencia de que, lo que ya se rompió, se deslavó, se desgarró, es algo que se tira. Que hay que consumir. Nunca vemos para atrás. Ya no se nos ha ensenado a reconstruir las cosas. Me parece muy valioso que tu visión y tu expresión, no solamente artística, sino como ser humano, sea esa: darles la oportunidad a las cosas para ser reconstruidas, para estar presentes. Eso habla de tu visión del mundo. La cuál es muy interesante.

Creo que tienes una madurez que ha cambiado tu perspectiva en muchas maneras en tu evolución como mujer. Cuando yo te conocí eras muy chica. No eras mamá todavía. Estabas experimentando con el mundo totalmente, y ahora es diferente. Ahora es diferente. Antes eras tú experimentando en el mundo, y ahora el mundo y tú experimentan juntos. O sea, ahora existe un compromiso muy fuerte. También creo que la parte de la crianza te ha cambiado mucho: ¿Cómo es ser poeta y artista, y al mismo tiempo madre?

MC: Esto que comentas, cuando nos conocimos en la universidad, pues sí ambas… era el 2012, hace más de diez años (ambas ríen). Primero tú fuiste transformada por la maternidad, y después yo. Siento que, por lo menos en mis planes no estaba. Ya me confirmarás si en los tuyos sí. Pero siento que, para mí fue una grata sorpresa. Yo no era la típica persona con intenciones de tener un hogar, o ser responsable de alguien. No era muy consciente de mi cuerpo. Y como tú dices: ES LO NORMAL. A los 18 años nadie es consciente de su propio cuerpo, y se vale cambiar. Cuando me vi ante el hecho de un embarazo, de una maternidad que ya venía, me dije a mí misma que tenía de dos: o seguir como hasta ese momento, con las formas de ver las cosas como las había visto y siendo como había sido hasta ese momento; o mutar, transformarme, y tratar de ir fluyendo lo mejor posible con esa circunstancia. Y, me siento, 8 años después de esa decisión, de tomar la maternidad con todo lo que es, me siento bastante agradecida con esa decisión. Y agradecida con mi yo del pasado también. Si yo no hubiera tenido la conciencia de hacerme esas preguntas, quizá solo hubiera aceptado lo que venía y ya. Pero pude analizarlo y modificar algunas cosas. Cosas que ya no caben en una persona adulta.

¿Y cómo ha sido mi crianza desde este punto? Bueno, mi crianza y la crianza de mi hija. Porque considero que, todo el tiempo te estás criando a ti mismo, a la vez que crías al otro. No me dejarás mentir. Cuando acompañas al otro, las cosas que le dices, las cosas que le enseñas, los desacuerdos: todo es un reflejo constante. Por lo menos cuando son niños, es tener un espejo de frente que te está siempre reflejando. En la infancia eres responsable tú como madre, padre, o bueno, como adultos, de todo lo que esa infancia pueda hacer, no hacer, querer, odiar. Esa persona es una especie de esponja, que sólo está recibiéndote. Mi intención desde el inicio ha sido que mi hija, no recibiera una crianza perfecta o sin ningún error, sino una crianza consciente, creo que, desde ese punto, al ser consciente de mi proceso, he sido consciente del suyo, y eso ha mejorado mi arte. Mis textos no son iguales a los de hace 10 ó 15 años, por obvias razones, pero la maternidad ha agregado ese algo que hace que resuelva unirme un poco más en el otro, ya sea que, te recuerde a tu madre o a tu hijo, o que te relacione de alguna forma con alguna figura que te relacione de esa forma. Considero que la maternidad ha sido una herramienta más y no una herramienta menos. Sé que ahora cada quién toma las decisiones que quiera sobre su propio cuerpo y futuro, pero en mi caso, la maternidad ha ampliado mi mundo. No lo ha reducido. Eso es algo muy bonito, una oportunidad muy hermosa.

MF: Sí, yo también lo veo así. Igual yo, mi maternidad llegó sin ser planeada. Siempre lo he dicho: no planeada, pero sí deseada. Desde el momento uno. Para mí es un recuerdo muy constante cuando el profesor (nombre censurado) me dijo “es que a usted la maternidad la cambió, porque sólo me da ejemplos desde su maternidad”, y él me hizo reflexionar mucho al respecto. Vas creciendo y crecen los hijos, y uno crece con ellos. Te das cuenta también de cómo fuiste como hijo. Comprendes cosas que no podías ver antes. La conexión y la sensibilidad de lo familiar se vuelven en parte del proceso artístico, a veces desde el amor, a veces desde otros lugares. Nos reta a pensar hasta dónde podemos construir o no. Como dices, la decisión siempre será personal y respetada. Siempre todo desde el amor. Yo creo que lo has hecho increíblemente bien, créeme que te admiro también como madre. Es importante que nuestras lectoras sepan que hay otras opciones para las mujeres, con y sin hijos, y que siempre, en un ambiente sosoro vamos a poder crecer y encontrar el camino. Sin importar a lo que queremos dedicarnos.

MC: Exactamente. Tener un hijo, siendo joven o grande, o el no tenerlo, no te debe restar, te debe multiplicar, y eso será si así lo deseas y te vuelves consciente de que estamos mutando. En nuestros casos, siento que ha sido para bien. ¡Que chido cambiar!, que triste sería nacer, crecer y morir de la misma forma, sintiéndote igual con tu cuerpo, relacionándote igual con los otros. No creo que vengamos a eso al mundo. Un hijo, una relación más allá de ti, siempre va a sumar.

MF: ¡Así es!, por último, María Choza: ¿Algún mensaje que tengas para nuestras lectoras, en especial a nuestras lectoras que están en un semillero de creadoras, al borde de convertirse en novelistas, en poetas, en artistas gráficas, emprendedoras, para  las mujeres que quieren y van a convertirse en agricultoras, porque ya es momento de que las mujeres vuelvan al campo, algo que les quieras decir?

MC: Sí. Solamente: congruencia, chicas, chicos, personas por allá afuera. Congruencia. Si la congruencia es tu bandera, no te pierdes. Y si te pierdes vas a encontrar otras alternativas. Siempre se abren nuevos caminos. Congruencia y fe.

MF: ¡Te agradezco mucho esta platica! En Golfa.Mx nos quedamos a la espera de tus nuevos trabajos, seguimos pendientes de todas tus redes. Siempre admirando tu labor, y seguros de que todas, todos y todes deben conocerte. Eres una mujer increíble, y oficialmente la madrina de esta sección. Golfa, siempre será tu espacio.

 

 

¿Te gustó? Escríbele a Monina Fernández, comparte tu opinión: ¡Queremos leerte!

Todas sus redes: @corazndpoeta

EL CONTENIDO DE LOS TEXTOS ES RESPONSABILIDAD DIRECTA DE LOS AUTORES

Historia Anterior

Escucha lo nuevo de André Beltrán con «Causa Perdida»

Siguiente Historia

Acompáñame Por: Aidan Cero